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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

22
Oct
2006

Se llevó "lo puesto"

5 comentarios
Hoy, de una manera inesperada, se ha muerto un amigo, una persona de esas que, para consolarnos, nos decimos a nosotros mismos que ya tenía edad para morirse (buena bobada, como si cualquier edad no lo fuese). Era un antiguo alumno de la Universidad de la Experiencia, y yo tuve el privilegio de tenerlo entre mis oyentes. Estaba interesado por todo lo que llamamos cultura: cine, novela, música… Después de clase siempre venía a hacerme algún comentario, a pedirme que le prestase la película hasta la semana siguiente para volver a verla. El jueves mismo estuvimos charlando con toda normalidad (como siempre) y me preguntó mi opinión sobre un musical que actualmente se representa en Madrid. Yo no lo he visto, así que le prometí buscar opiniones más o menos autorizadas, aunque creo que sólo buscaba, en mis palabras, confirmar esa intención que tenía de seguir cultivando el espíritu. Y hoy se ha muerto, con todo a medio hacer, como todo el mundo que se muere. Pero “lo puesto”, de lo que hablábamos el otro día, se lo lleva. Y eso ya nadie se lo puede quitar. Que los ángeles le reciban y le guíen a la luz inmarcesible
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Juanete
22 de octubre de 2006 a las 09:03

En Mexico se acaba de publicar en un semanario de la Arquidiócesis Primada de México, una nota que me llamó la atención.
La nota preguntaba: ¿A qué le llama la Iglesia 'dies natalis'?
Y la respuesta decía: Según la costumbre romana de recordar el día del nacimiento de una persona, la Iglesia se refiere con el término 'dies natalis' al día de la muerte de un cristiano, que es el día de su nacimiento (natalicio) a la vida eterna.

Así, ante un hecho semejante, con un enfoque semejante; las tristezas acostumbradas al aparecer una muerte, parecen más bien; un hecho deseable, más que causante de pesares.

Esta nota apareció en el numero 495, en su versión impresa, del semanario "Desde la Fe"; para quien quiera verificar el dato.

Por cierto recomiendo (ya llegó, la hora del comercial), la publicación ampliamente. Y se puede consultar por internet en la dirección: www.desdelafe.com.mx

JMValderas
22 de octubre de 2006 a las 12:01

Querido Sixto, de las grabaciones de Silos hay una antífona que sobrecoge cantada por la voz grave de los monjes: media vita in morte sumus. Dicen que a Santo Tomás le saltaba las lágrimas mientras recitaba la estrofa “Amarae morti ne tradas nos” y suplicaba en el trisagio “Sanctus”, él cuya teología, fiel a la paulina, giraba en torno a Cristo Resucitado y Redentor. El miedo a la muerte, al mal morir, es algo congénito al hombre, inserto en su cerebro reptiliano atávico. Incapaces de enfrentarnos a ella, ayunos de fe, la hemos convertido en la innombrable. No se trata ya de alejar los cementerios de las poblaciones, un proceso histórico cuyo estudio mereció cierta atención hace unos decenios, auténtico reflejo de la deshumanización de la sociedad avanzada. Hoy los muertos ya no se quedan solos, sencillamente desaparecen como abducidos en las cenizas aventadas.

Anónimo
22 de octubre de 2006 a las 21:10

Dice Fr. Sixto que “se ha muerto con todo a medio hacer”. Creo que todos nos moriremos de la misma manera: con todo a medio hacer. Esa es una de nuestras limitaciones: tenemos una tarea grande y larga, y poco tiempo para realizarla, AFORTUNADAMENTE.
No me imagino una vida prolongada en el tiempo si tuviera todas las cosas hechas. Dios, que es misericordioso, mantiene mi vida en un continuo proceso, siempre en potencia, pocas veces, mejor nunca, en acto. Un amigo se va y queda un hueco al lado, un hueco difícil de llenar a veces, pero solo un huevo, no un vacío irrellenable. Así somos los humanos y así tenemos que ser para poder seguir por el camino.
Es curioso el miedo a la muerte que tenemos los cristianos. Es como si no termináramos de creer que esta vida no se acaba, solamente se transforma. El hermoso prefacio de difuntos que escuchamos con tanta frecuencia, nos lo dice, nos lo repite machaconamente para ver si somos capaces de entenderlo y aceptarlo, y nosotros seguimos, erre que erre, empeñados en no hacerlo.
No hace mucho murió un familiar muy cercano y después de una tremenda homilía en la que no había lugar para la esperanza, me permití, con la excusa de dar la gracias en nombre de la familia, hacer un canto de esperanza y alegría, porque el muerto estaba vivo en la presencia de Dios. Creo que solo unos pocos lo entendieron, porque la resurrección no ha terminado de calar en nuestra mente y Dios es algo que decim

Makarioteros.
22 de octubre de 2006 a las 21:15

Creo que solo unos pocos lo entendieron, porque la resurrección no ha terminado de calar en nuestra mente y Dios es algo que decimos, pero que, tal vez, no sentimos llenándonos plenamente y por eso tenemos tanto miedo a ese segundo de transito entre una eternidad en potencia y una vida en Dios en acto. Un abrazo
Como siempre, me pase de largo. Vaya corregido el anónimo con esta firma.

santiago rodriguez
23 de octubre de 2006 a las 03:16

dicen que el P Bnifacio LLamera, maestro de estudiantes en San Esteban de Salamanca , con su prematura enfermedad que acabo con él, solía decir a los que pedian po su recuperacion, no insistais tanto, si Dios quiere que me vaya y vosotros tirais en direccion contraria al final me vais a desconyuntar, no os preocupeis, ya tengo el habito puesto

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