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Dic2012Eventos programados para hoy
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Dic
Hace unos días, el calendario de Google, donde voy apuntando los compromisos que voy adquiriendo, me avisaba de que no tenía ningún evento programado para esa fecha. Claro que por la tarde se nos moría José Luis Gago, pero el evento no estaba previsto. Ese mismo día hice, como cualquier otro día y como cualquier otra persona, infinidad de cosas que no estaban en la lista de lo que había que hacer, y acontecieron infinidad de eventos imprevisibles. Todos solemos desayunar, pero el instante del desayuno, por ejemplo, no suele estar fijado de antemano en los elementos que lo conforman. Hay un componente azaroso que configura novedades sin cuento. Hace algunos días más, un fraile estaba preparando una sopa con las sobras de varios días. Y otro fraile me dijo: “pruébala, porque nunca volverás a probarla”. Como todo en la vida. La angustia, el aburrimiento, la desazón, no tienen en cuenta este hecho, la grandeza del semel pro semper, la cantidad de azar que hace que un hecho sea completamente único e irrepetible, por rutinario que pueda parecer. Para algunos, en la medida en que ese azar escapa a nuestro control, todo esto lleva a una cierta desesperación. Para otros, como el Aquinate, hasta el mismo azar puede ser motivo de celebración, puesto que da lugar a realidades únicas y abundantes que, aunque nos pasan desapercibidas en lo cotidiano, llevan una huella tras de sí. Donde uno ve condena, otro puede ver gloria, incluso en los momentos más cargados de la existencia. El año que termina ha estado colmado de momentos únicos y el que viene, si Dios quiere, traerá un sinnúmero de ellos, que, como la sopa del fraile, traen el marchamo de lo exclusivo. Aunque Google diga lo contrario, espero tener muchos eventos no programados para cada día, y que no se me escapen. Feliz 2013.