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Dic2016Varios de prensa
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Dic
Cuando llega la Navidad, en los periódicos se prodigan artículos que tienen como tema esta celebración, en sus aspectos históricos, o los fundamentos teológicos del cristianismo. Cuando el que lo hace es un períodico que se toma las cosas en serio, voy de cabeza. Ya no suelo mirar en internet cosas virales, cosas que se vuelven virales, cosas que se están volviendo virales, o cosas “breaking”, que duran menos que una mosca del vinagre en invierno. Me apetece leer aquello que ni es novedoso, ni lo está leyendo todo el mundo en este momento, ni, con toda probabilidad, me proporcionará un sucedáneo de conversación en el ascensor. Aquí van ciertas recomendaciones nada víricas por si alguien angloparlante o "angloentendiente" desea leer algo interesante en algún momento de sosiego navideño.
Este texto sobre qué implica ser cristiano me ha parecido muy sugerente, no porque todo lo que diga sea compartido por todas las confesiones cristianas, sino porque anota lo nuclear del asunto, algo que para mucha gente del siglo XXI parece increíble. ¿Cómo en el siglo XXI puede alguien creer que…? . se suele decir. ¿Qué tiene el siglo XXI? ¿Se ha levantado un velo que nos ha revelado las cosas tal cual realmente son? ¿Hemos llegado a lo de San Pablo de 1 Corintios 13? Si es así, no me he dado cuenta. Creer en lo que constituye el núcleo del cristianismo es sumamente racional, mucho. No nos sirve para hacer ordenadores ni para curar piernas necrosadas. Pero la razón no es solo una cosa útil para resolver teoremas o para tratar de discernir dilemas éticos. También interviene en la eleccción de un modo de vida. Aun así, si alguien quiere razón analítica, le recomiendo el último libro de la trilogía sobre Dios de Richard Swinburne, La coherencia del teísmo, que san Esteban publicará en algún momento de los próximos meses. Razón analítica, escueta y cortante como un cuchillo.
Por otro lado, la època navideña es tan privilegiada que, si se mira con buenos ojos, es sensato que los musulmanes feliciten a los cristianos por navidad, porque también es su fiesta. Si, contra la tendencia habitual a buscar diferencias específicas, nos parásemos a pensar en lo que une a las tres religiones del libro y nos uniésemos por el género próximo, otro gallo nos cantaría, especialmente en este día de celebración de lo magnífico que hay en la humanidad, tanto que Dios ha puesto su tienda en ella. Feliz Navidad