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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

26
Nov
2009

A la espera de la nulidad

6 comentarios

No sé qué irá a pasar con el divorcio de los duques de Lugo (que a mí ni me va ni me viene, la verdad) en lo que respecta a su estatuto canónico, es decir, a si les concederán la nulidad o no, caso de que la soliciten. Voy a permitirme hacer un experimento mental y a suponer que, en efecto, la pidan. ¿Cómo se demuestra, de manera confiable, que no hubo matrimonio, en una pareja que ha vivido no sé cuánto tiempo junta, que tienen hijos y yo qué sé qué más? Los canonistas saben mejor que nadie que algunos cánones son un “coladero”: inmadurez, incapacidad para asumir las obligaciones del matrimonio, problemas psicológicos… Siempre se acude al eslabón más débil de la cadena (tal canon) para romper la cadena, pero ¿no sería más sensato cambiar el concepto de matrimonio “indisoluble”? No se trata de hacer un estudio de las condiciones sociológicas en las que antaño se prometía fidelidad usque ad mortem, ni de la metafísica que subyace a la idea de un acto constitutivo de una realidad inquebrantable e inamovible… Aunque no soy experto en estar casado, evidentemente, algo de experiencia voy teniendo en vivir, y la vida se va haciendo, no es un algo dado de una vez por todas. Supongo que el matrimonio, en su ser, va unido al tiempo y me parece más complicado, desde el punto de vista puramente teórico, decir que no existió el matrimonio, que defender que el matrimonio simplemente se acabó. ¿Qué hay de malo en declarar el fin de una cosa? ¿Qué tiene de anticristiano? Nada. Por supuesto que el amor pide eternidad, pero a veces, simplemente, se queda en el tiempo.

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lola
26 de noviembre de 2009 a las 21:06

es evangelico la indisolubilidad....
no entiendo las nulidades cuando uno ha estado casado tanto tiempo, es ideal vivir en pareja siempre, pero pueden existir casos en los que esto no es dosible.
La nulidad se quiere para casarte con otro.
¿porque hay ahora tantos divorcios?
¿que pasa con los hijos?
es tema dificil, yo no se...Gracias a Dios llevo 22 años casada, y estoy muy enamorada...espero que me dure siempre....
no juzgo a nadie, porque no se puede meter nadie en las intenciones. Pero si hay mucho sufrimiento en las rupturas, eso lo veo a diario.
Por eso Jesus dice, desde el principio no fue asi...
las relaciones humanas son dificiles...en todo lugar

Franklin
26 de noviembre de 2009 a las 23:23

Querido Sixto, lo del matrimonio "indisoluble" me toca los... huesos. Tomemos por casos a Juan y a José, que los dos empiezan por J. Juan es sacerdote y José está casado. La historia de Juan es que hizo meses o incluso años de discernimiento, más un año de prenoviciado, más un año de noviciado, más seis años de votos temporales, más un año de diaconado. cuánto años van?, perdí la cuenta. José tuvo dos charlas, un retiro y cuatro domingo de anuncios en la iglesia. Juan descubre que lo de ejercer el sacerdocio no era lo suyo, así que vaya usted en paz y haga lo quiera con su vida. José descubre que lo de casarse con Romina no era lo suyo. Ay mi amigo, el matrimonio es indisoluble. Mt. 23, 4

lola
27 de noviembre de 2009 a las 09:41

las personas tiene el noviazgo, dura años para conocer a la otra persona. El matrimonio es darse y eso en la sociedad actual custa, El sacerdocio es darse, por eso tampoco hay sacerdotes, tambien dicen no...y el sacerdocio imprime caracter,,,eso de que reace su vida dejemoslo estar
La vida es darse...y como nos cuesta a todos...por eso es mas facil hacerlo todo a nuestra medida...hoy aqui mañana alla segun nos convenga...pero cuanta tristeza y cuanto intento de suicidio,,,y lkas salas de los medico de familia y psiquiatras llena...porque solo podemos ser felices si nos damos

cajera o infanta
27 de noviembre de 2009 a las 17:35

Los seres humanos somos limitados. Y es propio de los humanos limitados, cometer errores. Dos personas pueden evolucionar de forma diferente, hasta el punto de llegar un momento de no reconocer a la persona con la que se inició un proyecto en común.Entonces, que queda ¿ el "aguanta hija mía" de los confesonarios de no hace mucho tiempo . Porque muchos matrimonios se han mantenido de cara a la sociedad, o para mantener patrimonios. Afortunadamente, hoy se hace separación de bienes, que evita situaciones de "bien pagás"
Por centrarnos en el caso del post,y que lo diferencia de otros en posibles economicos y rango social,es evidente que el marido despues de su ictus sufrió un cambio evidente, de puertas afuera -que no sabremos de puertas adentro-, y las diferencias ya venían de lejos. Ser infanta, o cajera de supermercado, mujeres que tienen derecho a rehacer su vida, a otra oportunidad de ser felices. Lo que hay que reivindicar es que tanto la infanta como la cajera tengan igualdad de opotunidades a la hora de anular un matrimonio que según la Iglesia, nunca existió. Aunque me temo que lo de la Infanta,lo pagamos entre todos. Pero esto es tema de otro post. Dios quiere que seamos felices. Y para ello siempre se está a tiempo de intentarlo. En el Eterno Ahora de Dios. Saludos

Martín G.
27 de noviembre de 2009 a las 18:17

Cuando se corrompe la materia de un sacramento el sacramento desaparece. Cuando se corrompe el pan o el vino de la eucaristía, de modo que dejan de ser pan y vino, desaparece la presencia eucarística. Conclusión: el sacramento dura (el de la eucaristía por lo menos, que el principal referente de todo otro sacramento) mientras dura la materia.

Josecable
16 de enero de 2010 a las 02:33

Aunque tiempo ha que escribiste este post, quiero dejar mi comentario. Es valiente lo que lanzas sobre la "no indisolubilidad" matrimonial y hay veces que uno piensa lo mismo. No soy teólogo ni experto en temas de familias, pero es evidente que esta sociedad en la que vivimos hace que el matrimonio sea algo preconcebido con fecha de caducidad. Fecha indefinida, pero de caducidad cuasi segura. Por supuesto que no es bueno el "aguanta porque es para toda la vida". Incluso pienso que puede ir en contra de la voluntad de Dios que quiere que sus hijos seamos plenamente felices. Pero es que hemos pasado al extremo opuesto, donde en el matrimonio (o la vida en pareja, que lo de matrimonio va dando alergia al personal) no hay un mínimo aguante en multitud de ocaciones una auténtica chorrada puede terminar con la desunión de dos personas que al casarse se decían que serían felices juntos para toda la vida. El inicio de la solución en mi opinión radica en un cambio en la sociedad, un cambio de mentalidad donde no nos cueste darnos a los demás, donde no prime el YO, YO, YO, YO... y luego "YO". Cuando eso se consiga y los divorcios y nulidades se den en matrimonios que realmente no pueden seguir adelante, será el momento de reflexionar sobre si el matrimonio sigue sieno disoluble o no.

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