Sep
Católicos y/o depilados
1 comentariosHace pocos días se celebró en Bolonia un congreso de traductores que tuvo por tema a los dominicos. En él se disertó sobre las traducciones elaboradas por los domincos ya desde los primeros tiempos de la Orden, cuando se metieron a fondo con el árabe y hebreo, y, posteriormente, con las lenguas de los nativos americanos y los idiomas del extremo Oriente. También se habló sobre las traducciones de obras de dominicos y la influencia que tuvieron en la cultura. Es, sin duda, un mundo apasionante en el que salen a la luz nombres desconocidos de frailes que, sin tener el reconocimiento que en justicia merecerían en la academia, hicieron un trabajo ímprobo.
En esas andábamos cuando me encontré con dos ejemplos de traducción que me dieron que pensar. Se trata de subtítulos de cine. El primer caso es una comedia que trata sobre un agente encubierto de la CIA, protagonizada por un actor enorme (de tamaño; no es precisamente el Brujo). La estaba viendo en el autobús, y como la tecnología aquel día no funcionaba como se esperaba de ella, no quedaba más opción que verla en español con subtítulos en inglés. En un determinado momento una muchacha queda prendada del susodicho y entre suspiros, dice: “Por favor, que sea católico” (en la versión original inglesa). La traducción del subtítulo fue: “Por favor, que esté depilado”. Así, tal cual. El siguiente ejemplo es otra película de una especie de gigoló venido a menos que trata de ganarse el sustento. Entre otras cosas tiene que “entrenar” a su sobrino para que no permanezca virgen para siempre. El sobrino lo pregunta, ¿qué es Virgen? Versión española (en este caso el subtítulo): “la mamá del Niño Dios”. Versión inglesa: “una línea aérea”. La traducción, supuestamente, presupone un público ideal que se supone que entenderá mejor ciertas imágenes, símiles, gracietas. A veces, prestar atención a la traducción hace posible que veamos cuál es la imagen general de una determinada época o cultura a los ojos de los que tienen el enorme poder de los medios de comunicación de masas. En el mundo hispanoparlante, parece ser que ya no es un rasgo deseable ser católico; sí lo es, en cambio, estar depilado. Acaso haya que tomar eso en cuenta cuando nos dirigimos a él.