29
Nov
2007Nov
Ecoansiedad
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En el último número de la revista Time el artículo conclusivo es una especie de ensayo irónico sobre lo que el autor llama la “ecoansiedad”, es decir, el estado de angustia, con ataques de pánico incluidos, inducido por la convicción que uno tiene de no cumplir con los preceptos ecológicos. En términos generales, cada uno de nosotros gastamos un montón de combustible (con lo que nos hacemos, además de enemigos de la “sostenibilidad”, dependientes de nuestros suministradores), de papel (de modo que vamos deforestando cada día un poco más), de agua (y así andan los embalses, que dejan ver sus entretelas cada día de manera más palmaria), etc. Yo no sé cuánto puedo hacer para detener este proceso, pero sí hay límites que no estoy dispuesto a pasar, como dice, con mucha gracia el autor del artículo: si Al Gore quiere mi papel higiénico, tebdrá que quitármelo de mis manos frías. Y es que hay una familia gringa que ha decidido, entre otras cosas, vivir un año sin usar papel higiénico… Y aunque los chinos lo hagan, el papel higiénico forma parte de nuestra cultura de forma más profunda e insustituible que la democracia de ir a votar cada cuatro años, mucho más. Lo que sí tengo claro es que hay decisiones que están muy por encima de mí, es decir, que el meter miedo, desde las instancias gubernamentales, y el inducir culpa en cada ciudadano es el chocolate del loro. Con que yo use menos el coche y ande más en bici (y si me atropellan, ¿podré demandar al gobierno de España? Es que a mí no se me ocurre coger la bici si no es por miedo que me han metido en el cuerpo de que cada vez que arranco el coche acerco un poco más el Apocalipsis…) no se va a conseguir demasiado, me temo. Pero aunque así fuese y estuviese en mi mano, y en la tuya, detener o cambiar este proceso, ¿es realmente el mayor problema que tiene la humanidad? Lo dudo. Será muy serio, muy importante, pero cada día, hoy mismo, y mañana más, muere gente de hambre y de enfermedades curables. La vacuna contra la malaria no se ha conseguido y sin embargo el sida es ya una enfermedad crónica, no mortal de necesidad. Cuando me cuentan que el sida es no sé qué y no sé cuánto porque en África muere tanta gente, me río con tristeza. El sida es lo que es (una pandemia) y se han desarrollado poderosos fármacos porque ha afectado con dureza al mundo desarrollado, y hay quien puede nombrarlo "pandemia", hablar sobre él en la ONU y pagar las medicianas, y luego, si sobran, las mandamos para abajo. Mas la malaria, ay, la malaria, sigue matando a más gente que cualquier otra enfermedad (y lo digo porque, en África, seguramente haya que multiplicar por diez los datos oficiales). Aún no tengo la posibilidad de estar ecoansioso (por muy verdadero que sea el cambio climático), porque estoy humanoansioso. Quizá no sean separables ambas cosas. Quizá no lo sean, pero el hecho es que lo son, y el hombre va perdiendo.