Ene
El Aquinate y su libro
3 comentariosAyer celebrábamos a Santo Tomás y pronto lo celebraremos de nuevo con un acontecimiento editorial significativo. Se trata de un libro que estudia los himnos de Santo Tomás en sus fuentes, en su autoría, en su estructura, en su contenido teológico… ¿Por qué digo que será un acontecimiento? En el Aquinate hay una cierta división tajante entre el teólogo sistemático, lacónico, analítico, preciso en los términos y el poeta de primera magnitud. Aquel está en las facultades de teología y de filosofía (bueno, depende, que hay gente que lo cambia por el último que ha llegado, sobre todo si no hay quien lo entienda, al que se considera más filósofo) y este está en la piedad popular, al menos de las generaciones que me han antecedido. En muchos oficios religiosos, la gente canta el Pange lingua, el Lauda Sion, el Adoro te devote con una naturalidad pasmosa. Tanta que uno tiene que salirse del canto, pararse, mirarlo, y, maravillado por tanta preciosidad poética, volver a entrar en lo que son estas composiciones, himnos, muchos de ellos oraciones para la devoción privada. Pero, qué bien escritos, qué altura poética. Por eso, muchos estudiosos han pensado que no podían ser de Santo Tomás, un tipo adusto, escolástico, tajante y demás cosas que le hemos atribuido para construir una imagen del Santo agradable en la academia. Tengo que confesar que la lectura de este libro me ha descubierto que Santo Tomás es el intelecto prodigioso en la construcción de esos milagros que son los artículos de sus obras, pero es también el sentimiento que embellece todo lo que allí había dicho. Parece que cuando se penetra de tal modo en la verdad, ésta se manifiesta como belleza. A ver si San Esteban saca pronto el libro y se vende como churros, porque, en efecto, lo merece. Por eso digo que es un acontecimiento... y de qué calibre.