Abr
El decálogo de Máino
1 comentariosAyer, en clase, puse como ejemplo de algo el ciclo “El decálogo” de Kieslowski. Al preguntarles a los alumnos qué era “el” decálogo (no un decálogo, que para eso basta abrir el diccionario) resultó que solo uno lo sabía y algunos apuntaban que era algo que estaba en la Biblia. Desde luego, no es culpa suya, ni mucho menos, porque los sistemas educativos que nos han precedido han tirado el niño con el agua (y por lo que se ve, la intención futura es tirar la bañera, el baño y, si es posible, la casa) y vivimos un poco más en un desierto cultural. Ah, disculpe, que todo lo que tiene que ver con la religión pertenece a otro departamento. El de cultura está ocupado…
En la página de Facebook del museo del Prado se conmemora hoy a Maíno, pues tal día como hoy falleció. Y en ella se nos dice que “Maíno realizó muy pocas pinturas, alrededor de 40, pues al ordenarse dominico en 1613 fue dejando los pinceles”. Nadie se ordena dominico, hasta donde yo sé. Y me dirán que es cuestión de palabras, y sin duda lo es. Pero otras “incendian” las redes sociales, según cuentan, así que las palabras no son tan inocentes. Mira que si voy en coche y, por aquello de las palabras, piso el acelerador en vez del freno… Palabras, palabras, palabras.
En fin, nuestro lenguaje cotidiano va camino de convertirse en un lenguaje arcano, cuya comprensión exigirá, en pocos años, un máster especializado, en el que los egresados (pocos) alcanzarán el conocimiento que era de uso común hace no tantos años. Qué movimiento pendular tan curioso. Feliz día de Maíno