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Dic
2013Dic
El hijo pródigo y las ecuaciones diofánticas
2 comentariosAyer leía un articulillo sobre la belleza matemática. En un determinado momento, el autor usa, de modo inesperado, pero sumamente sugerente, la parábola del hijo pródigo para aplicarla a los que se mantienen en paradigmas científicos o, en general, intelectuales, caducos y son incapaces de ver las novedades que se les vienen encima. Hablando de los números algebraicos y las ecuaciones diofánticas dice así: “aunque la apariencia de infinitamente muchas dimensiones es inquietante para muchos de los que, como el hermano mayor de la parábola, sirvieron sin transgresión durante tantos años, creo que son un elemento inevitable de cualquier teoría adecuada”. Me llamó sobremanera la referencia al hermano mayor de la parábola, que sirvió siempre según lo que debía hacer, y en eso, su actitud es más que laudable. Si no hubiese hermanos mayores, difícilmente se mantendrían las instituciones y los paradigmas. Pero si no hubiese hermanos menores, es posible que las instituciones se anquilosasen y los paradigmas rígidos impidiesen el avance del saber. Posiblemente, el padre perdonase a este porque también había perdonado al otro, que sirvió sin transgresión. Mira si no hay razones para que los muchachos estudien religión. Para entender un texto de filosofía de las matemáticas, entre otras…