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El pantocrátor de los exoplanetas
4 comentariosEn uno de esos suplementos de cualquier día viene una entrevista a un científico que se dedica a “cazar planetas”, es decir, a encontrar planetas fuera de nuestro sistema solar. Cómo no, el entrevistador le lanza el capote de este modo: “resulta curioso que la religión, que busca dar sentido a las cosas, reciba mucho más soporte en nuestro país que la ciencia, que trata de lo útil para el día a día”. No sé si la ciencia trata de eso. Tampoco si la religión de aquello. Pero es un capote que muchos hubieran deseado tener delante para salir de los toriles. Este hombre responde con mucha sensatez: “La religión y la ciencia responden ambos a cuestiones fundamentales…” Y termina su entrevista: “si solo queremos subsistir, llegar a viejos y morirnos, pues mal vamos. Es en la ciencia, en el arte, en la religión y en la cultura donde está la gracia”. La respuesta no puede ser más clara. Hay muchas “estancias” para la gracia (en las que “está la gracia”) por mucho que nos empeñemos en encapsularla en una. Los nuevos planetas pueden medirse y pesarse. Puede soñarse con ir a ellos. Y puede verse en ellos la maravilla de lo divino, que nos soprende una y otra vez como verdadero pantocrátor.