18
Dic
2007Dic
Escoto
2 comentarios
Hace un ratillo que acabo de salir de una jornada intensiva sobre Escoto Eriúgena que hemos tenido en la facultad. ¿A quién demonios le interesa Escoto Eriúgena? Pues a un número nada despreciable de gente, a tenor del público asistente. Bien es cierto que no hablamos de masas y que cualquier cantamañanas con poco que decir cuenta con más público. Pero Escoto, un tipo del siglo IX que andaba por las cortes de Carlomagno pegándose con el concepto de naturaleza, con la Trinidad y los eikones, es de una actualidad que deja perplejo. Lo que nos constituye, lo que forma esa red de ideas que constituyen nuestra civilización, y que están como larvadas en el submundo, sin que sean perceptibles a primera vista, está presente en Escoto. Siempre hay un listo (nótese la ironía) que dice que la Trinidad es cosa de curas. Nada más lejos de la realidad. Los idealistas alemanes son más trinitarios que el clero de andar por casa. Pero no se trata de defender la Trinidad a capa y espada, como hacía nuestro profesor de Dios Uno y Trino, el trinitario de feliz memoria Nereo Silanes, que no decía una frase sobre el Padre, sin meter también al Hijo y al Espíritu (y lo mismo con las otras dos personas. Seguro que ahora, en su beatitud, le estará explicando a la Trinidad cosas que ella misma desconocía de sí). Más bien, se trata de que esa estructura ternaria y unitaria nos constituye en nuestro pensamiento del mismo modo que, como decía Kant, el aire que sirve de sustento a la paloma es condición imprescindible para que pueda remontar el vuelo. Hay cosas que, por constitutivas, nos pasan desapercibidas hasta que hacemos un alto y nos ponemos a pensar sobre ellas. ¿Nunca se ha parado usted a pensar una palabra hasta que le suene rara y desconocida? Yo sí, y garantizo que la familiaridad con que uno trataba el vocablo hasta ese momento desaparece. Eso mismo es lo que hace Escoto por nosotros. Le leemos y tomamos conciencia de lo que somos y de dónde venimos (y, en cierto modo, hacia dónde vamos, que es cosa semejante).