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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

30
Dic
2007

Feliz y razonante año

18 comentarios

 

No sé exactamente cómo se hace política en otros países, pero parece que en España es a golpe de manifestaciones masivas. Cada quien interprete esto como quiera, pero creo que así no se hacen las cosas, salvo en caso de guerra, cuando uno, antes de iniciar la batalla, debe mostrar a su oponente la propia superioridad. En España llevamos un año 2007 lleno de manifestaciones de todo tipo, como si el número fuese equivalente de verdad. La democracia es el sistema que mejor funciona, o el menos malo de los regímenes políticos, pero de ahí a inferir que lo que la mayoría decida es la verdad hay un paso muy largo, que no todos estamos dispuestos a dar. Hace años que no oigo aquella frase tan socorrida de “baja la voz y refuerza los argumentos”. A medida que pasa el tiempo, me voy convenciendo cada vez más de que no hay nada escrito en roca: en roca sólo quedará lo que se vaya escribiendo, lo in fieri, lo que va abriendo un claro en el bosque de las voces que se apelotonan por gritar más alto. No soy persona a la que le gusten los actos masivos y si me dicen que a un acto van a ir un millón de personas, pueden tener por seguro que yo no estaré allá (quizá por ese toque de agorafobia que de vez en cuando me sale). Dios quiera que en el año entrante todos hagamos las cosas mejor, no al modo del elefante en la cacharrería, sino buscando arrojar verdad, hacer la justicia y crear paz. Y a tortazos no se consigue nada de esto. Feliz 2008.
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JMValderas
31 de diciembre de 2007 a las 15:57

Querido Sixto. Feliz año nuevo, razonante, para ti también. Razonemos. Das por sentado que el acto de ayer en Madrid sobre la familia fue político. Político en sentido alicorto. Das por sentado que en otros países no se hace política con manifestaciones. No me uniría a lo primero. Ni a lo segundo. Además, a mis años, la política de ave corredera me trae al fresco. Acostumbro escuchar el “Media vita” cuaresmal de Silos, que hacía llorar de emoción a santo Tomás: “amarae morti ne tradas nos”. Con esa perspectiva quiero ver las cosas. Por ejemplo, lo que me dice Benedicto XVI en su gesto de ayer: abrir las ventanas a la verdad, sin miedo, contra unas leyes inicuas en un país cuyo pulso moral se está arruinando a pasos agigantados. Quien tenga un compromiso de vida con la verdad, sea con hábito o sin él, no puede menos de rebelarse contra la labor sutil y tenaz de corrosión de todo principio moral que atraviesa España. Quienes nos dedicamos a la alta divulgación conocemos muy bien los métodos que los socialistas emplean para ensalzar la mentira y la falsedad con destellos y ráfagas de pseudoverdad. Mas, ¿por qué tanto cristiano vergonzante se une a su causa? ¿Por qué esa ignorancia o malicia? ¿Por qué el teólogo no rasga el velo de la verdad y denuncia el embeleco?

Oscar
31 de diciembre de 2007 a las 17:40

Pues si afirmar que una determinada política es un peligro para la democracia cuando la democracia no está en peligro, si propalar que nos persiguen cuando no nos persigue nadie, que la familia está en peligro cuando la mía goza de muy buena salud y estoy convencido que también gozan de buena salud las de mis amistades católicas, y si alguna no está bien no es por culpa del gobierno, si eso no es hacer política, ya me dirán ustedes qué es política. Porque si no es política, entonces es mentira. Y claro, un católico no debe mentir.

JM Valderas
31 de diciembre de 2007 a las 19:04

Querido Sixto, permíteme abusar de tu amabilidad, pero creo que el anterior comunicante epitomiza una postura muy común enttre determinados círculos cristianos. La democracia está en peligro cuando se conculca el derecho a la información. Está, sobre todo, en peligro, cuando se niega el primer derecho democrático: a la vida. Y se manipula cuanto la rodea. Para un eficaz cumplimiento de esa diabólica política antivida colocan al frente de las comisiones estatales a personas de inequívoca trayectoria antiiusnaturalista. La familia de uno puede gozar de buena salud, y Dios se la conserve. Pero de lo que se trata es de la institución. Ya han conseguido que el "matrimonio homosexual" se acepte como una normalidad, pese a su carácter aberrante desde una filosofía moral respetuosa con la vida y su propagación, es decir, con los hijos. Resulta doloroso no ver la contumacia del socialismo en borrar toda referencia a Dios, aquí y en el Parlamento Europeo. Le declaraba Peces Barba a González de Cardedal que con el 3 % de tesis socialista en la educación para la ciudadanía les ha bastado. ¿No sienten curiosidad los cristianos "cómodos" con el socialismo por saber en qué consiste ese tres ciento? Quizá se sonrojen. El delenda est Ecclesia no es ahora comburenda est. Pero sería de una ingenuidad culpable pensar que detrás de Zapatero sólo está Zapatero. Lo que no hacen los teólogos han de hacerlo los cardenales.

aprendiz
31 de diciembre de 2007 a las 20:34

Queridos amigos, apreciado Sixto, sin entrar en el fondo del asunto, me sorprende que se ponga en cuestión la conveniencia o la oportunidad de que los movimientos católicos se reúnan pacíficamente en la calle para manifestar las propias opiniones (aceptado que no sean compartidas por todos). El derecho de reunión pacífica está reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) y en todas las constituciones democráticas. Es un procedimiento habitual de participación ciudadana en la vida pública: basta echar un vistazo a la prensa diaria, incluso asomarse a la calle cualquier día. En la esfera católica, véase el parágrafo 23 de la "Pacem in Terris", y últimamente el parágrafo 417 del "Compendo de la doctrina social de la Iglesia" (2004).

Toni
1 de enero de 2008 a las 05:00

Aunque sea ya un topico empezare tambien con un sincero querido Sixto.
Me ha agradado el estilo correcto y elegante de tu mensaje y el de los demas internautas que ya es decir mucho hoy por hoy y doy por sabido que se me entiende. La tan famosa y alagadora palabra democracia que hoy en dia empleamos hasta la saciedad y para cualquier temática, que duda cabe que es uno de los términos que fonéticamente mejor suenan y alagan a nuestros oidos, pero profundicemos en ella aunque sea solo minimamente.Por definición entendemos por dicho término, que se debe proclamar y respetar seriamente la voluntad emanada de la mayoria en todo de lo que de esa mayoria dependa. Ciertamente el ejercicio de las famosas mayorias para infinidad de asuntos menores obviamente, resulta hasta conveniente para una libre y constructiva capacidad que tenemos los seres humanos de participar con toda libertad en los distintos quehaceres mundanos y lo aplaudimos todos.Pero hay aspectos de la dimensión humana y de su respectiva dignidad como personas como pueden ser, procurar el bien comun de la sociedad etc., que no pueden ni deben estar sujetas estricta i necesariemnete bajo esas coordenadas.Asi pues estimo, que bajo el, si se me permite aberrante argumento del mal menor se justifican y legitiman leyes tan intrinsecamente perversas como el tan colosal aborto, matrimonios del mismo sexo(porque ojo, decimos MATRIMONIO!!!!).Urge la necesidad de una moralidad objetiva y el respeto absoluto de la LEY NATURAL.

Doxo
1 de enero de 2008 a las 15:33

Esperemos que este año crezcan los buenos argumentos, y decrezcan las soflamas, que nos sobran muchas, como las de la manifestación del otro día. Y que cuando critiquemos algo, lo hagamos porque tenemos razones para ello, y no solo porque lo ha dicho o hecho tal o cual grupo. Valoremos los hechos por los hechos, y no por quienes los hacen. Y así nos irá mucho mejor este año que entra.

Anónimo
1 de enero de 2008 a las 22:32

Es interesante el argumento papal: atacar la familia natural va contra la paz. Priemero, no existe una familia natural, el mismo concepto de familia es cultural. Segundo, va contra la paz insinuar que hay un único modelo de familia y que este es el querido por Dios. Si no estoy equivocado, en el evangelio se propone un modelo de familia que poco tiene que ver con un supuesto modelo "natural", o ¿qué significa aquello de "mi familia son los que escuchan la palabra y la ponen por obra?

aprendiz
2 de enero de 2008 a las 16:49

La Iglesia Católica cree en la verdad y que el Cosmos, y todas sus criaturas, hemos recibido una impronta, una "naturaleza" y un orden querido por Dios. Esto es en lo que creemos. Los cristianos no podemos ser relativistas o antimetafísicos, ni pensar que el contenido legítimo de las leyes debe resultar del acuerdo o el consenso político. Rechazamos que lo bueno o lo justo sea lo que le parezca al Estado o a los Poderes Públicos en cada circunstancia. Y pensamos que la democracia es buena, siempre que sea respetuosa con la verdad -tal como la reconocemos los creyentes-. Una democracia sin valores es una democracia falsa, o devaluada. En la medida que prescindamos de principios intangibles que se sobreponen a las Constituciones y los procedimientos constitucionales, cualquier cosa es posible: llamar matrimonio a la unión de personas del mismo sexo; o la corrupción de la familia por el divorcio incondicional; o el aborto (crimen repugnante); o el exterminio de los más débiles (ancianos, enfermos, razas que se presumen inferiores...). Al menos, esto es en lo que yo creo.

Doxo
4 de enero de 2008 a las 17:06

Me ha llamado la atención una parte del comentario anterior: "pensamos que la democracia es buena, siempre que sea respetuosa con la verdad -tal como la reconocemos los creyentes-". Yo no lo interpreto con maldad, lo comprendo, pero mucha gente podría interpretar cosas así como "pensamos que la democracia es buena, siempre que se haga lo que nosotros decimos que es la verdad".
Yo creo que en la democracia hay un alto grado de relativismo, sin el cual es imposible la democracia en sí. Si los cristianos no pueden ser relativistas (yo creo que se puede), aunque solo sea un poco, como para saber ceder ante lo que no consideras que es la Verdad, entonces es peligroso, porque se puede concluir que los cristianos no pueden vivir en democracia. Y si no me equivoco, pueden, y se está demostrando, asi que algo falla en todo lo anterior.

aprendiz
4 de enero de 2008 a las 22:22

Lo que quería decir es que la verdad es patrimonio común de toda la humanidad. Lo que distingue a la Iglesia Católica en el momento presente, es que defiende valerosamente la verdad. Es el mensaje de nuestro Papa Benedicto XVI. Toda la humanidad, todas las iglesias y confesiones religiosas están llamadas también a reconocer la verdad, como hacemos los católicos. Y sólo faltaría que no lo pudiésemos hacer públicamente, reuniéndonos en la calle.

aprendiz
4 de enero de 2008 a las 22:24

Otra cuestión importante es que la "democracia" tiene límites infranqueables. No todo se puede someter al voto de las mayorías.

Doxo
5 de enero de 2008 a las 14:23

De acuerdo, pero sigo pensando que una de las cosas más importantes en democracia (e insisto que pese a los alarmistas, se da) es que los que tienen su verdad, como los católicos, u otras confesiones, o los aconfesionales o ateos, como es mi caso, sepan respetar a los demás y no traten de imponer su verdad a los que no consideran suya la misma. Y pienso, afortunadamente, que excepto unas minorías radicales, que siempre las hay en todos lados, en el catolicismo español no se impone a nadie ninguna verdad, y que los católicos españoles saben respetar a los que no lo son. Esperemos que los grandes dirigentes este año aprendan esa lección, que falta les hace.

aprendiz
5 de enero de 2008 a las 15:51

La verdad dispersa en opiniones o pareceres distintos y plurales, no es la verdad.

Doxo
5 de enero de 2008 a las 16:21

La verdad sigue siendo algo interior de cada persona, a mi entender. Cada uno adopta la que le llena por dentro.

aprendiz
5 de enero de 2008 a las 16:58

No me convence. No hay acuerdo posible, no hay comunidad posible, si la verdad no es objetiva, extrapersonal, compartida y comunicable. Lo otro es el principio del placer elevado a máximo criterio de valor y de verdad.

Doxo
5 de enero de 2008 a las 17:46

El placer, o la utilidad.

aprendiz
5 de enero de 2008 a las 18:02

O la eficacia.

Peñacorada
6 de enero de 2008 a las 00:54

Querido Sixto, acabo de ver tu blog por primera vez y como tuve la oportunidad de conocerte en la ciudad de Bogotá, quiero felicitarte por el artículo y por los que sugieres, casi más que lo que dices... Y ahora al grano.
En otros paise se hace y se vive la política de manera bastante diferenta a la que se vive en la "madre patria" . Por estos lugares...los obispos no montan manifestaciones ni con la derecha, ni con los kikos, ni con nadie...y menos aparecen como los únicos defensores de la familia.Para defender la familia no hace falta salir a la calle con pankartas y menos cuando están próximas las elecciones. Los obispos de nuestra querida españa...parece que son un poco pillines, o no.... y los políticos bastante "pesaos" sobre todo algunos que llevan años con el mismo discurso...o sermón...

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