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La conjura de los sabios
5 comentariosCuando los necios se conjuran… lo que sale es una cosa muy divertida, como nos mostró la espléndida y muy recomendable novela La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. Pero cuando lo hacen los sabios, la cosa es deplorable. James Watson se ha lucido con sus declaraciones de que los negros son más burros que los blancos, no se sabe con qué bases científicas, pero parece que él las tiene. De este modo, de un plumazo nos cargamos toda la sociología de la miseria, las estructuras económicas que mantienen a uno preso en su situación y la filosofía política que opina que las sociedades abiertas igual no son tan abiertas como Popper pensaba. Pero lo importante es que ya no hay que pensar ni hacer acciones que vayan más allá del mero remedio: si son más burros ya queda explicado por qué van detrás en todo. A veces pienso que el progreso es una cosa excelente… siempre y cuando vaya lo suficientemente despacio para que no se queden fuera la mayoría. Me encanta la velocidad, los trenes rápidos, los coches que aceleran de cero a cien casi al instante, pero para las cosas importantes de la vida prefiero el pasito, suavecito, que dirían los de República Dominicana. Un tren tan veloz que, por efecto de la velocidad, hace que vayan cayendo todos los que van agarrados de las manillas exteriores, luego los de tercera, los de segunda, y, quién sabe, quizá al final también los de primera, deja de ser tren y se convierte en velocidad cacharriforme. Mucho nobel, pero es elemental, querido Watson.