Oct
Philly
0 comentariosAcabo de llegar a esta ciudad, Filadelfia, en la que estuve por última vez hace dos años. Desde que aterricé he tenido una extraña sensación, muy extraña, teniendo en cuenta que para pasar los controles de inmigración uno debe someterse a una batería de tests que para sí quisiera Rorschach. Y esa sensación es la de no haber abandonado esta ciudad. Esta mañana, cuando caminaba por ella, en dirección a la universidad, me parecía que no había pasado ni un solo día desde que me marché. Todo parece igual, las calles, el ritmo… Sólo me he perdido un poco en el metro, pero casi tengo que decir que no fue culpa mía, pues recordaba casi con exactitud los pasos que tenía que dar para moverme por esa red tan poco poblada de información (todo el mundo anda por allí preguntando), pero yo tenía casi mi rutina aprendida. En pocos sitios he sentido esa sensación de no haberme ido, quizá porque sí me voy, de hecho. ¿Qué tendrá esta ciudad, cuyo nombre, etimológicamente, significa tanto? Seguramente se trata de una mezcla entre lo que en cierto modo hay y cómo se abre al ojo que lo mira. Voy a ver si, en medio de esta sensación de estar en casa, puedo comprarme unos pantalones baratos.