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Se realizan comidas para llevar
0 comentariosEl cartel –un folio– pegado en el escaparate del bar rezaba: “Se realizan comidas para llevar”. Me llamó la atención el modo de expresarlo. Lo habitual, la costumbre, es “se hacen”. Quizá "se preparan", "se cocinan"... Pero hacer y realizar no están tan lejos semánticamente, al menos en alguna de sus acepciones. Realizar tiene algo que ver con “hacer real”, aunque el diccionario de la RAE no sea tan límpido en este caso. “Efectuar”, dice este. Pero efectuar tiene que ver con empezar a tener efectos, cosa que lo que no es real no tiene. Era perfecta entonces la descripción de lo que se hacía en la cocina de ese bar: se hacían reales comidas que no existían y a partir de entonces podían empezar a desplegar sus efectos.
En realidad –valga el juego de palabras– que algo sea real significa muchas cosas distintas. Algo puede ser incluso real siendo irreal, como un diamante falso. En un orden de realidad es real (es un pedrusco); en otro, es irreal (si es que entendemos la realidad asociada a lo verdadero). En el habla común sentenciamos: “esa es la realidad” cuando queremos decir “esa es la verdad”. Y así, dos términos tan amigos en el pensar tradicional vuelven a unirse de vez en cuando, aunque no con demasiada frecuencia, en la realidad (otro sentido del término, en este caso, la cotidianidad).
Los aprendices de brujo que mandan en esta suerte de despotismo sin ilustrar en el que nos ha tocado vivir también realizan cosas: pactos, trampas, acuerdos, trampantojos, conversaciones, trampillas… “Se realizan pactos para llevar”, podían decir. Vaya si van a tener efectos después. Lo que ocultan –no podía ser de otra manera– es que esa realidad no es verdadera. Solo es un juego de prestímanos que vende comida recalentada y no ha realizado nada verdadero. Luego nos quejamos del descrédito de toda la cosa pública.