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Blog Bitácora Véritas

Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor


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30
May
2009
Todavía está el capador...
2 comentarios

Con motivo de un viajecillo en el que he tenido que pasar algo de tiempo en sitios que, por principio, resultan aburridos (sólo sirven para esperar) he podido leerme (devorarme, mejor), un librillo de John C. Lennox, God’s undertaker, que lleva el subtítulo: Has science buried God? Y la respuesta es que ni de coña. Este autor parece que ha debatido con muchos científicos que proclaman que la ciencia debe ser atea de principio y que ésta llega al ateísmo como conclusión, y muestra, bastante bien a mi entender, que ni una cosa ni la otra. Para defender lo primero, basta haber estudiado algo de filosofía. Para lo segundo, vienen bien los datos de la ciencia, que unos interpretan como conducentes al naturalismo y otros como pórticos del teísmo. En cualquier caso, la cuestión está lejos de quedar siquiera hollada. Se dan machetazos aquí y allá, que abren veredas de pensamiento, pero las “soluciones finales” suelen conducir a las cámaras de gas. Mira, si a alguien que por principio se ha propuesto no creer, se le aparece un ángel, un profeta o un mártir (es un suponer), buscará todas las argucias metafísicas para justificar que la mente le ha jugado una mala pasada o que los gases de su cuarto se han configurado de un modo inusual y han dado lugar a una "apariencia". Al igual que Flew decía que el discurso religioso era inmune a la posibilidad de falsación (no había nada que pudiese suceder para mostrarlo falso), lo mismito puede decirse del discurso naturalista. Si lo decía el evangelio, ya ves: ¿van a escuchar a un muerto redivivo si no escuchan a los profetas? Pues mira.

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25
May
2009
Peccantem
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Este fin de semana me he tragado unas cuantas horas de coche y como coincide que no sé qué mano visible, invisible o indiferente decide que en la radio findesemanesca no hay más que el horrendo carrusel deportivo y cosas semejantes, que me atacan los nervios, me proveo de buena música. Selecciono casi de modo azaroso tres o cuatro discos para llevarme. Y así, uno de ellos fue el oficio de tinieblas de Cristóbal de Morales, que reconcilia a cualquiera con lo que sea que esté peleado. Me entusiasma el peccantem (que cantábamos en el coro de la Ponti y mi amiga Pilar, cuando tocaba, decía que ahora tocaba el “peccantem los niños,… solo quien conozca a José Luis Perales pillará el chiste). La letra es la siguiente: Peccantem me quotidie et non me penitentem, timor mortis conturbat me. Quia in inferno nulla est redemptio. Miserere mei Deus et salva me. No hace falta saber latín para darse cuenta de que uno peca cada día, pero no se arrepiente, mas el temor a la muerte le asusta, porque en el infierno no hay redención. De modo que se le pide a Dios que tenga piedad y le salve a uno. Con lo bien que suena en latín… La gracia es que este motete, de nuevo (como el Alma, del que hablaba el otro día), es un tratado “de Poenitentia”, sobre todo la última parte, donde se nos recuerda aquello de Dante en la Divina Comedia: abandonad toda esperanza los que entráis aquí, en el infierno. Y así es, la desesperanza es la sustancia del infierno (como la fe es la sustancia de lo que se espera). En esta campaña política insufrible que se nos acerca todos nos van a prometer el oro y el moro, pero, de antemano, se nos insufla el mensaje, al lado de la música, de que abandonemos toda esperanza de que eso se vaya a cumplir. Son palabras despojadas de su utilidad y de cualquier peso de verdad. Palabras, palabras, palabras, que decía Hamlet. Es más, yo ya he abandonado toda esperanza política que no esté directamente en mi mano. Y sin embargo, no he abandonado ninguna de las otras, de las que canta el motete y, como yo, buena parte de la gente. Y a veces me pregunto si no es esa esperanza la que hace que las cosas sigan adelante.

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21
May
2009
Realpolitik
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Ayer los medios se hacían eco, valga este juego de palabras, de Umberto Eco, que andaba por España haciendo no sé muy bien qué. Se ha quitado la barba, me dije, lo cual, paradójicamente, no le hace más joven, sino más viejo. Pero, detalles aparte, me llamó la atención que en un solo medio, no recuerdo cuál (creo que El Mundo, pero no lo he podido contrastar), el periodista-redactor trasladaba una dicotomía (bien es cierto que creo que no entre comillas, lo que denotaría su carácter de cita literal) que supuestamente haría Eco, a saber, entre fascistas y de izquierdas. ¡Híjole!, me dije. Entonces, para no ser fascista, que es cosa mala, hay que ser de izquierdas, ques cosa buena. Y entonces pasaron por mi mente la poco inteligente (y me atrevería a decir que no buena persona aunque progresista, si es que puede darse este oxímoron en el lenguaje que nos han impuesto) ministra de igualdad, Bibiana y sus bibianos (y ratifico que es poco inteligente; lo de buena persona lo dudo porque cuando uno sólo aspira a mantenerse en el cargo sea como sea, me parece que, sin más no es buena persona, pero sobre esto podemos estar discutiendo largo y tendido, aunque no quiero). Y me vino a la mente el vídeo del PSOE (si yo fuese militante sentiría vergüenza, lo digo claramente) en el que se da a entender que quien no les vote a ellos es una nazi, un homófobo y no sé cuántas cosas horribles…, en una campaña que, como bien notaba el columnista del ABC Hermann Terstsch, recuerda demasiado a las de Goebbels como para pasar desapercibida (con lo que concluyo que si yo votase al PSOE por esa campaña y no por otro tipo de convicciones, debería haber votado hace 70 años a los nazis. Y digo por la campaña, dejando el ideario aparte). Y finalmente, y más importante, me vino a la mente el impresentable gobierno (o desgobierno) que hay en mi pueblo, Cangas del Narcea (Asturias), comandado por IU, los comunistas de toda la vida (o comunistos, por aquellos de los bibianos) que, ignaros, ignorantes e ignotos, llevan haciéndole la vida imposible a mi hermana (con la connivencia del PP, dicho sea de paso, que aquí no se libra nadie) desde que llegaron al poder porque la suponen del PSOE. Da igual lo que haga la justicia. Cabe la posibilidad de que en la política caigan algunos hombres buenos, pero las izquierdas “reales” que conozco (el gobierno nacional y, más a la izquierda, el gobierno de mi pueblo) son vomitivas. ¿Significa eso que las derechas reales son la alternativa? ¿He dicho eso? En mi pueblo ni de coña. En la nación, no lo sé. Pero la alternativa de Eco entre izquierdas y fascistas es, simple y llanamente, falsa. Tengo muy pocas dudas (y no lo afirmo, para que no sientan herido su honor) de que quienes, desde la patente de corso que les da el ser de izquierdas (patente que me esfuerzo por comprender, pero no lo consigo) gobiernan el pueblo del que procedo, en otras circunstancias, quizá hace unos años, hubieran convertido el ayuntamiento que habitan en una checa. Menos mal que vivimos en una democracia y algún día las urnas los echarán, aunque espero –ya me gustaría poder hacer algo, pero no estoy censado allá– que el pueblo (concepto que parece que sólo puedes utilizar si votas a Touriño con sus dispendios) se eche a la calle y los desaloje de una vez. Dios mío, qué asco me da la Real-Politik.

 

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18
May
2009
Fish y Eagleton
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Alguien dijo que una vez que aparecieron el telescopio y el microscopio, la religión ya no explicaba nada importante. Y a esto Terry Eagleton le responde: “Es como decir que gracias al tostador eléctrico podemos olvidarnos de Chejov”. O mejor aún: “creer que la religión es un intento chapucero de explicar el mundo… es como ver el ballet como intento chapucero de correr tras el autobús”. Todo esto lo veo explicado en un artículo de Stanley Fish (al que todos mis alumnos de estética conocen…, creo) en el NYTimes sobre un libro de aquel autor, Eagleton que, de vuelta de todo y hasta las narices de mucho, escribe lo que le da la gana y, creo, lo que piensa y siente. El debate que se ha provocado en los comentarios es sugerente, porque el tema sólo está resuelto para los cuatro gatos que han llegado a una conclusión definitiva, fundalemtalmente por no pensar (aunque también se puede llegar al lecho de roca del que uno no piensa moverse después de mucho pensar). Ayer por la noche, en una cadena de la tele, ponían un documental sobre cómo vive bastante gente en Manila, y era terrible. Y la pregunta es, siempre, aunque sea un tanto repetitiva, quién justificará a esta gente que vive tan miserablemente. El fiador por el que claman los Salmos seguramente sea una respuesta. Porque el pensamiento europeo de finales del siglo XX, tan preocupado por la existencia angustiada no sólo es que no tenga en cuenta a estas personas, sino que ni siquiera puede acercarse a ellos, tan centrado en un sujeto que ni es sujeto ni es nada sino en virtud de sus decisiones, proyectos y demás mandangas. Si no partimos del suelo firme (ahora póngase todos los calificativos debilitantes que se quiera a este adjetivo) de la fraternidad basada en la filiación religiosa (ya sé que esto me está quedando demasiado teológico, no sé si raro), es decir, si no comenzamos afirmando que hay una esencia (con perdón) humana que es la que nos dota de derechos y deberes (y creo que esto tiene una dimensión religiosa inalienable), sólo nos queda lo que decía Rambo en su última película a los misioneros: “¿llevan armas? –no– Entonces no van a cambiar nada”. Porque nunca es el Estado ni el pacto ni el contrato el que nos dota de derechos. Los traemos puestos cuando entramos a este mundo. Y olvidar esto porque el microondas funciona bien (para calentar la leche) es reducir nuestra vida al siguiente cacharro que, si bien seguramente sea necesario, nunca será suficiente.

 

 

 

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15
May
2009
Vicky, Cristina, Barcelona, una gaita y un tambor
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Y mira que me resistí, a ver si me encontraba en una actitud más receptiva, pero, claro, al final, como buen fan de Woody Allen, he visto ese engendro al que llamanVicky, Cristina, Barcelona. No sólo es, con mucho, la peor película de este director, sino una de las peores que he visto en mucho tiempo. No suelo ser muy perspicaz en los detalles técnicos, pero es que eso que los que saben llaman el racord de continuidad se lo ha saltado a la torera, la dirección de actores es nefasta (me pregunto de dónde ha salido ese óscar que le han dado), aparece una lamparilla que ilumina más que un foco… un desastre. La historia, a pesar de que las críticas que he consultado, por si yo me estaba equivocando (y se ve que sí, porque los críticos de los periódicos alaban una profundidad extática erótico-festiva-trascendental) es errática, mal construida, un montón de circunstancias caen del cielo, los actores sobreactúan. Pero, Woody, hijo mío, ¿qué ha sido este desastre? Me he quedado de piedra porque, si bien no estaba en la mejor predisposición remota para verla (ya me habían llegado comentarios) normalmente eso suele favorecer a la película, porque uno espera encontrarse algo tan malo que al final se dice, bah, no es para tanto. Pues sí lo es, sí.

¿Y a qué viene todo esto?, dirá usted. Pues no lo sé, supongo que es una plasmación de aquello que decían los clásicos de aliquando bonus dormitat Homerus, pero, fíjate, eso, visto por el lado positivo, nos obliga (no sólo nos permite) a ejercer el juicio crítico. Y dígalo Agamenón o su porquero, en este terreno estético, la libertad de juicio está por encima de todo. Amicus Plato, sed magis amica veritas, vaya que sí.

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15
May
2009
Jugar (con) las palabras
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Y continuando la chorrada de peli que comentaba ayer, no se puede decir que alguien está enfadado con un mundo, con una humanidad a la que no entrega sus poemas, "porque no ha aprendido a amarse a sí misma" sin ser más cursi que un repollo con lazos. En definitiva, que han pasado muchas horas y aún sigo horrorizado, porque cuando se juega mal con las palabras hay que pagar las consecuencias, igual que cuando se juegan mal las cartas de una mano de tute. Esta mañana manipulaba un cañón para proyectar imágenes a mis alumnos y se puso necio, es decir, no atendía a las razones que (supuestamente) le enviaban los botones que pulsaba. Me metí en las entrañas (menú) y empecé a elegir entre las opciones: zoom on, este… no pasa nada, pues a ver off, nada de nada. Probemos con aquello: autotracking on. Nada. Veamos con el off. Lo mismo… Y después de hurgar un buen rato por allá me di cuenta, horreur, de que las máquinas habían sucumbido al nominalismo de nuevo. Da igual si las cosas cambian o no, lo importante es que informáticamente hay un nuevo elemento verbal. Igual que en economía, que si hay crisis nos echamos a temblar, pero si hay aceleración desacelerada (no sé si el que inventó esa chorrada merece un premio o un castigo ejemplar) parece que la cosa está bajo control. Gripe porcina, gripe nueva, gripe A… Mas lo que cuenta (y como decía El Adelantado DonRodrigo, de Les Luthiers, “yo de aquí no me muevo”) es si hay algo detrás o sólo un flatus vocis, es decir, si detrás del “on” se enciende algo o no.Hala, a darle al botón a ver si hay algo que pueda considerarse más o menos sólido.

 

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13
May
2009
El público y lo público
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De nuevo un enlace en esa máquina prodigiosa de brindar novedades que es el Youtube. Me lo ha enviado Jeniffer, desde mi amadaRepública Dominicana, y me ha hecho pensar en lo que constituye el arte. Según se nos cuenta, con sólo dos ensayos, más de 200 extras montaron esta coreografía. Pero lo que me llama la atención es todo lo que rodea a la misma, y que constituye la verdadera obra de arte, es decir, lo “inesperado” de la misma para los que por allí pasaban, muchos de los cuales, como en el teatro griego, dejan de ser mirones (que a eso se ha reducido buena parte de lo que hoy entendemos por "público") y toman parte en esa experiencia. ¡Allá vamos! ¡Sumerjámonos en la creación, que es autocreación! Lo artístico y lo religioso, en Grecia, no estaban tan separados como los creemos hoy. La experiencia estética y la religiosa, por necesidades “departamentales”, hoy se considera que, en el caso de que existan, son cosas bien diversas, “estados computacionales distintos”. ¡Qué enorme empobrecimiento el dislocar a la persona y disgregar su vida en estancos a los que se confina no sólo el tabaco, sino las distintas parcelas vitales, incomunicables! De esta división nos viene esa tesis, que se remite a las célebres guerras de religión europeas, pero desde luego no a consideraciones antropológicas, de que la religión ha de estar refugiada en lo privado, mientras que lo público queda reservado para…, no sé para qué. Pues bien, en esta especie de performance en la estación de Amberes, lo público se convierte, de repente, en el lugar de todos y el público se convierte en parte de lo público (suena raro, ¿verdad? ¿Por qué será?).

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10
May
2009
La religión natural
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Hoy leí en un periódico local una propuesta de “desamortización moral” de la Iglesia católica, que venía a ser una especie de despojamiento de los “derechos” que, en ese ámbito, tal institución tiene. El escritor se cuidaba de aclarar que eso no implicaba una desaparición de la religión, pero sí una “vuelta” o el “establecimiento” de una “religión natural”. Está claro que no se puede obligar a nadie a seguir en una iglesia o en otra, ni siquiera a seguir una ética u otra. Se le podrá coaccionar a cumplir unas leyes, pero los planos son completamente distintos. Quien no comparte presupuestos (éticos, religiosos…) no necesita ser desamortizado, y quien los comparte no quiere, lógicamente, que le toquen las narices. Pero lo que me llama la atención es esa cosa de la “religión natural”, una idea que se sacaron los ilustrados de la manga, seguramente imbuidos de rousseaunismo y que tiene la misma existencia que el estado de naturaleza que postulaba este último autor. A esta altura de la filosofía, sabemos que al hombre, al arte, a la cultura, a la religión, no se llega sumando, es decir, no hay un algo natural al que luego le añadimos dogmas, prácticas o lo que se quiera, sino que el verdadero artificio es la “religión natural”, a la que se llega, precisamente, restando, quitando, abstrayendo y generando un "algo" a partir de las religiones que (por los nombres no discutiré) llamamos reveladas. La religión natural no existe, nunca existió. Y si alguna vez alguien le habla de ella como modelo, échese a temblar, porque seguramente, ahora sí, le querrán imponer un artificio. Y ya sabemos cómo se suelen “ofertar” estas cosas.

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10
May
2009
Alma redemptoris mater
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Por fin, después de mucho vagabundear y gandulear por internet, donde se supone que está todo (no lo estaba hasta hace poco, parece ser) me he encontrado con esta pieza, una de mis favoritas (y de muchos otros), que es el Alma Redemptoris Mater de Griesbacher, un compositor desconocido para la inmensa mayoría de la gente salvo para los que fuimos miembros del coro Tomás Luis de Victoria de la Ponti (Pontificia de Salamanca), ya que esta pieza, bella hasta decir basta, se constituyó en el himno oficioso del coro. Y me he encontrado –no podía ser de otro modo– con una interpretaciópn de coralistas de la Ponti, ejn una iglesia y, seguramente (como solíamos hacer cuando viajábamos por ahí a los de mi generación) cantada motu proprio, porque nos daba la gana y la situación lo pedía. La letra, la copio aquí mismo:

Alma Redemptoris Mater, quae pervia caeli

Porta manes, et stella maris, succurre cadenti,

Surgere qui curat, populo: tu quae genuisti,

Natura mirante, tuum sanctum Genitorem

Virgo prius ac posterius, Gabrielis ab ore

Sumens illud Ave, peccatorum Miserere”.

Seguro –con permiso de los sabios– que esto es un tratado de mariología condensado in nuce. Seguro, y, como nos recordaba Miguel Iribertegui, que en gloria estará, la mariología se entiende mejor si se percibe en clave estética. Pues bien, hace un par de días, en la boda de mis amigos Julio y Vicky, un montón de antiguos miembros del citado coro, les cantamos esta pieza. ¡Qué lujo! ¡Qué lujo que te canten eso en un día tan especial (porque es a 8 voces, de modo que no es tan fácil encontrar a tanta gente dispar)! ¡Y qué lujo cantarla! Por algo San Agustín, cuando parecía que se le iba a ir la mano rigorista hacia la condenación de la música, no tuvo más remedio que ver la mano de Dios en ella. Por algo Schopenhauer veía que el noúmeno voluntarista se manifestaba en ella. Por algo, sin duda. Ahí va una muestra.

 

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5
May
2009
Lumen ecclesiae
1 comentarios

Un vídeo espléndido. Lo he conocido gracias a la página de un dominico chileno (gracias, Roberto) y parece que su origen está en Filipinas. Tiene algo de trailer de “El código Da Vinci” y precisamente eso es lo que lo hace tan bueno, porque, entre otras cosas, nos caracterizamos los OP por vendernos peor que una sardina revenida. Cualquier otro que tenga menos que vender nos gana por la mano. Pero fíjate qué frescura nos llega desde Filipinas, esa mezcla del “O lumen” con el toque de Hans Zimmer. Está bien hecho, da una imagen moderna a la par que clásica, así que adelante, úsese también como sustantivo, si a alguien le es de utilidad. Seguro que sí.

 

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