Mar
Ade Noruz
0 comentariosMe hace saber mi amol Sudabee que hoy es día de Noruz, Ade Noruz, el primer día de la primavera y año nuevo persa. No tenía ni la más remota idea, pero me alegro de saberlo, sobre todo porque Sudabee me ha enviado unos enlaces a unas páginas web en las que se pueden ver cantos persas actuales y bailes persas de toda la vida. Y me llama la atención que, sin saber nada de cultura persa (más allá de dos palabras que la misma Susi me ha enseñado) puedo reconocer todo eso como “mío”. Entiéndaseme. Veo a una muchacha bailando y, sin saber ni qué canta el cantor, ni a qué responden los pasos de baile que da, reconozco su gracia en el moverse y reconozco –¡oh, gran descubrimiento!– que está bailando, que goza del baile como cualquier vallisoletano gozaría del mismo y que baila para alguien. ¡Qué cosa! Resulta que, a pesar de lo que afirman los que se empeñan en que nada hay en común entre los hombres de aquí y de allá, aunque en las manifestaciones exteriores seamos tan diversos, todas ellas se apoyan en nuestra común humanidad. Y por eso, cuando uno se planta, digamos, en Irán, los iraníes le muestran, antes de nada, su arte y no sus laboratorios de fusión nuclear (que esos siempre son los mismos en todas partes). Es clásica la aproximación a las artes en términos de “unidad en la diversidad”, “idem in altero o cosas por el estilo. Por eso me alegra la llegada del año nuevo persa, porque, aun que me quede tan lejos, también me dice algo de mí y, si supiera, bailaría como ellos ¡Feliz año nuevo!