7
Dic
2006Dic
Al pez le dio un ictus
2 comentariosEstaba leyendo un dominical de esos llenos de fotos y de cosas que, como a Sócrates, me hacen exclamar: cuántas cosas que no necesito. El dominical en cuestión, dedicado a moda de esa que está al alcance de cuatro (¿para qué demonios quiero yo un coche de más de un millón de euros?) dedicaba un artículo a los logos, antes llamados logotipos, que a mí personalmente me encantan. Y creo que son, o al menos fueron, una manifestación artística bien genuina, al menos lo fueron durante un período del arte pop, antes de que este mismo movimiento replegase velas hacia lo esotérico. Pero bueno, la cuestión es que la periodista que elaboró tal escrito nos dice que uno de los primeros logos fue el pez “y la palabra griega ictus (sic), que significa pez”.Vamos a ver, alma de cántaro. Ictus es una palabra latina que significa golpe, estocada, como la que el gladiador le metía a su adversario si le pillaba desprevenido. La palabra griega es ichthús, o, con otra transcripción menos popular, ijzús. Entonces sí, entonces coinciden las letras del pez griego con aquello de Jesús Cristo Dios Hijo Salvador. Pero no, mujer, el ictus, aunque en el diccionario de la RAE aparece como segunda entrada, se ha popularizado como ese ataque cerebral que le deja a uno patitieso. Seguro que en el juego de significantes puede encontrar usted alguna relación entre el pez, Cristo y el ictus, pero bueno. Lo que me da que pensar es que si en aquello de lo que uno sabe algo le complican la vida de mala manera, con errores que no se tolerarían a un alumno de primero de carrera, ¿qué será de la información que nos proporcionan sobre aquello de lo que no tenemos mayor idea, como las opas hostiles o el conflicto albano-kosovar? Ay, ay, en qué manos estamos. Y luego nos quejamos de las manos de Dios.