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Feb
2008Feb
¡Alto el fuego!
23 comentarios
Desde el blog de Rouco y el del sacerdocio de la mujer no se había visto una respuesta así al blog de ayer. No para bien, ya que el webmaster ha borrado unos cuantos comentarios y yo he borrado el resto (la mayoría en contra). Pero no es que me contrariasen, no, cada quien piensa como quiere y como puede. Simplemente violaban las normas del blog (no todas las entradas, bien es cierto). Déjenme decirles que ni un solo comentario hablaba de la película, y todos de mí. Unos cuantos se preguntaban por mi vida sexual, frecuencias y cosas por el estilo. Algún otro, a quien parece que le gusto yo menos que Rambo, me tildaba de homosexual (ojo a la paradoja, que para él ser homosexual, o en sus palabras, maricón, es un insulto). Pues no lo soy, aunque supongo que esa información carece de toda importancia, porque escribo con los dedos y la cabeza. Las demás partes de la anatomía no suelen colaborar en ese menester. Algunos salían, y lo agradezco, en mi defensa. Y también se traía al plató a terceras personas. Pero mi blog no es salsa rosa ni el tomate. Si no le gusta lo que digo, cuénteme por qué, y razone. Los odios, resquemores contra mi persona, contra la Orden, la Iglesia, los Obispos y demás no son razones en sí. Y yo he expuesto las mías. Y en ese terreno estoy dispuesto a batirme. Y nada más. Cum veritate et libertate. Vamos hombre, faltaría más