Ayer algunos privilegiados tuvimos la suerte de asistir a la toma de posesión deÁngel MartínezCasado, OP, como académico dela Real Academiade Doctores. Con una charla sobre la cuestión de la existencia de Dios en los iniciadores de la Escuela de Salamanca, nos tuvo a todos en vilo, para que no se nos escapase que las demostraciones propter quid no se aplicaban en este caso (Tomás de Aquino dixit), sino sólo las quia. Y que luego venga algún cencerro post-ilustrado a decir que no se aplica la racionalidad a la creencia y que creer es irracional. Ni caso, Nicasio, que contra principia negantes…, –para ser políticamente correctos, modernos, y olvidar el palo–, sáqueseles la lengua.
Los salmantinos, según pudimos apreciar en la más que sugerente conferencia de Ángel, discutían de lo que había que discutir. Y la existencia de Dios era evidente, por lo tanto se prestaba la atención justa ala misma. Porlas cuatro causas y por la quinta, estaba claro que sin Dios no podía haber nada de lo que había. Sólo hace cuatro días hemos empezado a discutir el tema, y a fe mía que es interesante y que no me entra en la cabeza que alguien pueda “pasar” del mismo. Que confesemos nuestra impotencia y nuestra incapacidad, y que ésta nos nos lleve a asumir una postura agnóstica (de desconocimiento y de suspensión de la opción) es una opción más que lógica. Que uno, sin embargo, de entrada, diga que “de eso pasa” (y habitualmente se le pone la etiqueta de "agnosticismo" a esa actitud), no me cabe enla cabeza. Mascomo no me cabe en la sesera que uno diga que pasa del arte, del cine o del funcionamiento de las suprarrenales. Todo son cuestiones profundamente humanas. Y le interesarán más o menos, pero me resulta difícil decir que “se pasa de ellas”, al menos en el fuero interno, que todos sabemos que, en el ámbito público, a veces hay que asumir una pose y por la boca muere el pez, pero también come (donde pone pez léase intelectual, artista, alternativo, librepensador o monja, póngase lo que se quiera). Y a veces para comer hay que morir. Lo dicho: ¡Qué interesante es el tema! Mas si alguien dice que “pasa”, que pase. No seré yo quien le obligue a mirar las margaritas, las perlas y a saborear la miel.
de Sixto Castro Rodríguez, OP
Es doctor en filosofía y bachiller en teología, además de titulado en órgano. Trabaja como profesor de estética y teoría de las artes y de teodicea.