Jun
Aporética
1 comentariosEl año pasado, Nicholas Rescher publicó un libro que se titula “Aporetics”. Es un estudio francamente interesante, a mi entender, sobre el papel (y la inevitabilidad) de la aporía en los distintos ámbitos del pensamiento. Todo tenemos poros (agujeritos, caminillos), pero a veces nos vemos llevados a la desaparición de esos poros, es decir, nos atascamos en nuestras reflexiones. Y tal cosa es la aporía, de la que la lógica nos dice, únicamente, que tenemos que salir, porque hemos llegado a un razonamiento insostenible, incoherente y contradictorio, pero ella misma no nos dice (porque no puede) cómo. Salir de una aporía implica abandonar alguna de las premisas que se han aceptado, y cuál se abandone determinará la postura filosófica que uno adopte. Lo que hace la aporía es poner en juego la decisión y el debate. Nada hay más insensato que, enfrentados a una aporía, tirar todo el sistema por la ventana o abandonar cualquier convicción de que ejercer la racionalidad sea posible. Se trata de ver cuál es la línea más débil del argumento o bien, a qué se está dispuesto a renunciar. La situación político-económico-cultural-fiduciaria española está, claramente, en una situación de aporía, que, en cierto modo, puede reducirse a una situación de estancamiento o, en términos de andar por casa “si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo”, ni más ni menos. La aporética nos dice que hay que abandonar alguna de las premisas, no nos dice cuál. Yo, partiendo de esta "impepinabilidad" lógica tengo bastante claro que los que nos gobiernan no funcionan y sé (con una certeza casi rayana en la perfecta visión beatífica) que son parte de la premisa que hay que abandonar. Y alguien me dirá, pero es que los otros... Aggg, terrible modo de argumentar falaz (falacia del "tu quoque" traducido al román paladino por el "pues, anda que tú") que dominan hasta el desánimo los que mandan (¿no recuerdan la campaña de los doberman?). La aporética sólo nos dirá: vamos a quitar esta proposición que causa la aporía y veamos cómo logramos la mayor coherencia y consistencia del sistema. Está muy claro que el gobierno es parte del problema, lo cual, como no estoy afiliado a ningún partido (¿por qué demonios tengo que justificarme por criticar a un gobierno incapaz y que hace lo contrario de lo que dice, habiendo incluso pactos y papeles firmados de por medio? Si casi me siento Tomás Moro) digo con absoluta libertad. No se puede vivir en la aporía.