7
Jul
2006Jul
Apropiarse del tiempo
5 comentariosAlguien ha dicho por aquí que hablar, reunirse y charlar es perder el tiempo. Aunque no fuese para nada más que para charlar, compartir cosas, verse las caras y narrar las aventuras vitales, un capítulo provincial merecería muchísimo la pena, al igual que la merecen los capítulos generales y otro tipo de reuniones. Claro que sí, claro que hay quien, cuando no quiere resolver un problema, monta una comisión, que ya se encargará de echar la suficiente información encima de ese asunto para que al final nadie sepa dónde, cuándo ni por qué empezó todo. Pero aquí no es así, vamos eso creo yo. Aquí se trata de pararse. Y pararse significa detenerse, como María la hermana de Marta, azorada ésta para acá y para allá. No soy amigo de ir a cementerios, pero voy de vez en cuando. La única manera de rendir al difunto amado el tributo que se merece es ir allí y, no teniendo otra cosa que hacer, prestarle memoria durante ese tiempo despojado de otros quehaceres. La vorágine cotidiana no es amiga de la reflexión. La celda, el claustro sí lo son. Quizá usted piense que eso es perder el tiempo. Me parece perfecto: puede usted ganarlo como mejor le parezca. Pero la manera en que uno elija apropiarse del tiempo es el modo como puede ganar su vida. Y no es sólo el evangelio quien lo dice. Si no cree al escritor sagrado, crea a Heidegger, que dice lo mismito.