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Battiato y Praena
6 comentariosVaya cosas que me pide Antonio Praena, en su comentario y en su blog. He estado dándole vueltas y me venía a la mente mi propia imagen reflejada en el espejo con una peluca, es decir, como un tipo de los siglos XVII-XVIII, que además de liberar a uno del cotidiano proceso de peinarse, le protegía frente a los piojos. Se dice que a Gadamer, el filósofo, le preguntaron si había leído no sé qué libro aparecido recientemente, y él respondió: ¿Tengo yo cara de haber leído un libro que tenga menos de mil años? A mí me pasa algo así con la música, que voy casi siempre sobre seguro, y las letras que manejo son pecantem me quotidie, et resurrexit tertia die, I know that my redeemer lives, bereitet der Wege y cosas por el estilo (no significa que me sepa las letras completas, ni mucho menos, ya quisiera yo, pero no me da la cabeza para tanto): Pero voy a mojarme –poco– porque también voy sobre seguro, o al menos así lo creo. Tengo pasión por Franco Battiato, el poeta-filósofo-cantante por el que siento auténtica admiración, y si bien no es la canción que más me gusta, recomiendo una que es eminentemente filosófica: “Y te vengo a buscar, aunque solo para verte o hablar, porque requiero tu presencia para entender mejor mi esencia”.Se podrá proclamar más alto pero no con más claridad esta ética dialógica, esta metafísica levinasiana: requiero tu presencia para entender mejor mi esencia. Más adelante aparecen sus obsesiones neoplatónicas (buscar el uno por encima del bien y del mal). Pura filosofía, y cantada encima, como le gustaba a Kierkegaard. Cualquier canción de Battiato es más que recomendable. Del último grito (de lo que se canta ahora) estoy afónico (no tengo la menor idea), así que lamento no haber sido más iluminador.