12
Ago
2006Ago
Cabezas rodandas
3 comentariosEstando en la República Dominicana, conviene volver a la historia novelada de aquellos terribles años de este país que son el trujillismo, es decir, a La fiesta del chivo, de Vargas Llosa. Allí, en un momento, cuando uno de los insurgentes pide consulta al obispo, éste le muestra la cuestión de la Suma en la que el santo dice que el tiranicidio, cuando se dan las circunstancias que se tienen que dar, es un bien. Muchas veces he reflexionado sobre ese pasaje y aunque sé que aparentemente, a ojos de un cristiano del siglo XXI, esto va contra muchos derechos humanos y contra elementos básicos del cristianismo, me da la impresión de que no es así. Estoy absolutamente convencido, y si alguien puede sacarme de mi error le ruego que lo haga, porque me evitará bastantes problemas de conciencia, de que los enormes problemas del África subsahariana, por poner sólo un ejemplo, empezarían a vislumbar una solución (no digo que se solucionasen eo ipso) cuando unas cuantas cabezas de caciques rodasen por el suelo (y probablemente no sólo cabezas subsaharianas, también de algo más al norte). Una de las constantes del mundo en que vivimos es que unos viven a costa de otros, y les da absolutamente igual si tienen que matar, esclavizar o lo que fuere. No hablamos de subsistencia, hablamos de otra cosa. No defiendo la pena de muerte, sino la cabeza rodante del déspota (supongo que lo que queda de la Revolución Francesa, que tanto se ha cacareado durante dos siglos, será eso, no el bonapartismo). Creo que he complicado las cosas y que ni yo mismo me sé expresar, pero sé bien lo que me digo, porque ver a las masas manipuladas por individuos a los que esas mismas masas sólo les interesan para subirse sobre ellas y alcanzar quién sabe qué, sólo anima mi convicción de que determinadas cabezas son rodandas (han de ser echadas a rodar). Si no, como alguien sabio decía, "si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo".