11
Mar
2008Mar
Carísismos nos salen los políticos
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No sé si los datos que proporciona La Voz de Galicia son ciertos, pero sospecho que un medio de ese prestigio no habla por boca de ganso. La cantidad de dinero que ganan los políticos es sinónimo del poder que tienen en el ámbito social. Casi todos (habrá alguno que se salve) mienten cuando dicen que anteponen el interés general al suyo propio al hacer política. El interés general lo antepone el charcutero que te cobra lo que debe. Pero la cantidad de prebendas que reciben gentes que no valen para otra cosa más que para gestionar la cosa pública (que no es de nadie, que decía la anterior ministra de cultura) es para echarse a temblar. La mayoría de ellos no aguantaría ni un solo día en el mundo real, porque no saben hacer más que lo que hacen, a saber, ofrecer una cara más o menos amable ante cualquier temporal. Por los datos que nos proporciona este periódico, cualquiera de ellos gana en un mes lo que a un trabajador de a pie le lleva medio año, si las cosas van bien. La casta política, lo dije ya en un blog hace tiempo, pero lo puede decir cualquiera que no esté ciego de fanatismo, tiene un solo objetivo, que es engordarse a sí misma. Sí, sé que leído así esto parece un panfleto anarquista, pero no es esa mi intención, ni de lejos. Al contrario, siempre he pensado que la cosa pública la tiene que gestionar el que no vaya a llenar el buche en ella, el que esté libre de pasiones crematísticas, el que valga para otra cosa. Cuando yo era novicio, mi maestro nos decía que el que no valía para casado no valía para fraile. Me lo creí, y lo aplico a estas gentes: el que no valga para otra cosa tampoco debería valer para político.