Sep
Causa finita
1 comentariosPoco más sé de la elección del Maestro, y si lo supiese, lo habría obtenido por medios ilícitos (ya que lo que sucede en el aula capitular es secreto, y yo no estaba allí), con lo que no podría decirlo. Vamos, en caso de que supiese, me pasaría lo que a Gorgias, para el que nada existe; si existiese no podría conocerlo; y si lo conociese no podría decirlo… Así que pocos detalles puedo revelar. Había varios candidatos, eso es público y era notorio. Y al final salió el más deseado, seguramente el que la Providencia quiso poner en el camino en este momento. ¿Mis candidatos? Varios. Éste era uno de ellos. También Javier, nuestro provincial y Allan White, asistente actual del MO. También me gustaba algún otro que sonó menos. Pero, por suerte, nadie me preguntó en forma de votación, así que me quedo con mis gustos y con ellos me voy a otra parte.
La recepción de la elección por parte de los frailes ha sido muy positiva. A las discusiones previas a la elección, parece ser que por todas partes, ha seguido la paz conventual (aunque este Salesianum donde nos alojan es lo menos parecido a un convento que pueda haber, pero es lo que hay) y la alegría de todos (supongo) por la elección. Seguro que Bruno se hará querer por la familia. Por cierto, la vista de tantos frailes cantando las vísperas en Santa Sabina seguro que fue sobrecogedora (por el número, no por las malas voces). Sí, yo estaba, pero dentro, de modo que no tenía visión de conjunto. Y el prandium que siguió en los jardines de Sta. Sabina es de esos momentos que uno pide que se detengan. Pero no, el capítulo sigue y las comisiones, por lo que se ve, habrán de arrojar legislación en cantidad.