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Ciencia y religión
2 comentariosHe tenido mucha suerte al haber podido asistir al simposio sobre ciencia y religión organizado por la fundación Ramón Areces. Es un evento de esos que, de haberse organizado en cualquier otra parte del mundo, uno se hubiera organizado a base de ayudas, ahorrillos, mensiles no usados o algo semejante para poder ir allá. Pero mira, fue en Madrid. Doce conferencias doce, en lenguaje taurino, en dos días. Toda una maratón de reflexiones de primer orden, unas más sugerentes, otras más sesudas, algunas incluso emocionantes. Y con un éxito de público de esos que a uno, a pesar de todo, le parece escasillo. Casi todos los intervinientes eran científicos, varios de ellos de primera línea, y la mayoría creyentes (algunos así lo manifestaban, de otros sólo cabía inferirlo). Pero llama la atención, sobre todo, la normalidad con la que citan pasajes bíblicos después de haber sometido los datos a un buen exprimido: esto es lo que dice mi parcela de ciencia, o la parcela en la que yo soy competente. Ahora vamos a ver si es compatible con la creencia religiosa. Pues bien, algunos hablaban desde su cátedra universitaria y otros desde la práctica hospitalaria. Y en todos (y esto lo echo mucho de menos en sus críticos) hay una actitud de asombro -uau (así salió en alguna ocasión)-, seguramente humildad, y finalmente confianza y una bellísima visión del mundo. Estoy impaciente porque cuelguen en su web los vídeos de las ponencias para volver a escuchar algunas de ellas.