23
Ene
2008Ene
Doble verdad y fulgor
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Uno lee los medios o escucha las declaraciones (de los que mandan) y se da cuenta de que la teoría de la doble verdad, que con tanta fuerza combatieron los medievales, se va imponiendo poco a poco. Le dicen que “la gente” conduce mejor desde que se aprobó el carné por puntos y esas cosas. Sale uno de viaje y se da cuenta de que “la gente” conduce igual, o al menos “la gente” con la que uno se cruzan. “La gente” corre igual que corría y al llegar al sitio del radar clavan el freno. Le dicen que la economía va bien, aunque los agoreros hablen de recesión. Y usted se da cuenta de que los precios son prohibitivos. Hoy leía no sé dónde que un actor estadounidense dejó una propina de 4000$ por un café que “sólo” costaba 5$. Para mí la noticia es que un café cueste 5$, eso sí que es noticia, que uno pague 3€ por un café (y los pagamos a veces, vaya que sí). Mas le dicen que cuesta 80 céntimos. A uno le dicen que el AVE a Valladolid es puntual. Y uno va al AVE y sale con hora y media de retraso o llega media hora tarde (que en un viaje de 50 minutos ya es llegar tarde). Y a uno le dicen que A, mas uno experimenta que B. Soy demasiado tomista y no me trago la teoría de la doble verdad. Y en este caso me fío más de mis apreciaciones que de las que me filtran los medios o los declarantes. ¿Acaso mienten ellos? No lo diré yo, que eso presupone intencionalidad. Mas bien diré que son bobos que se creen lo que dicen. Ni interés tienen en mentir ya, sólo en crear un mundo en el que –como cantaban algunas señoras al entonar el himno de Santo Domingo, allí donde dice “sol hermoso y fulgurante”– “soy hermosa y fulgurante”. Pues nada, a brillar y refulgir, que son dos días.