Oct
El detalle
4 comentariosHay una película, no recuerdo exactamente cuál, en la que Leslie Nielsen, un actor cómico muy divertido a mi parecer, cuando se siente intimidado, afirma: “Tengo una pistola… Aquí no, pero tengo una”. Ése es el detalle: ¿la tiene? Claro, pero como si no la tuviese. Y ese detalle lo cambia todo. Da igual que sea verdad la primera parte de la proposición, el final de la misma hace que lo que sería una amenaza se convierta en un chiste. Me vino este ejemplo a la mente (podrían haberme venido otros mil, seguramente), reflexionando sobre los detalles. No sé que aconteció ayer que me hizo pensar en cómo nuestra vida está trenzada por los detalles que llevan a uno a una situación y no a otra. Las grandes vidas, y las pequeñas también, si es que alguna lo es, tienen su sustancia en los detalles. Cambia uno solo de ellos y será distinta. Y así lo vemos en lo cotidiano, cuando alguien no sonríe gratis (por gracia) sin que lo esperemos, nos abre la puerta o nos anima para sabe Dios qué (o nos anima a desanimarnos, que seguro que también se puede). El haber leído un libro puede permitirle a uno conocer a una persona; el no haber rechazado una invitación, quizá le lleve al de más allá a estudiar una cosa de la que se prenda arrebatado. Los detalles, siempre los detalles. Y esos están en nuestra mano, absolutamente todos. “Mayor y detall”, rezaban los carteles de algunas tiendas. Sin duda, “detall”. Buen puente.