30
Jun
2006Jun
El diálogo
10 comentariosParece que entre el gobierno de España y un grupo terrorista va a empezar algo a lo que llaman “diálogo”. Me pregunto por qué le llaman así. Al menos a priori, y de cara a la galería, parece que ninguno de los contertulios está dispuesto a ceder nada, o dicho en terminología retórica barata, a “pagar precio político”. El adjetivo “político”, siguiendo con el análisis del lenguaje que planteaba el otro día, va siendo paulatinamente convertido en algo vacío. “No tienen voluntad política”, nos dicen. ¿Qué demonios es eso? ¿Qué diferencia la voluntad política de la voluntad a secas? Vuelvo al “diálogo”, de larga tradición y raigambre filosóficas. En los de Platón, Sócrates, habitualmente, suele hablar y llevar la voz cantante, mientras que su antagonista no hace más que asentir a lo que dice. Pero claro, Sócrates es Sócrates, y me temo que entre los interlocutores de este diálogo (que puede ser de sordos o de besugos) no hay ningún hombre daimónico. Lamento no tener más elementos de juicio que los que me he ido formando a lo largo de los últimos meses, con este toma y daca de ahora-yo-digo-pues-tú-más, porque, aunque todos los periódicos que tienen página en la red ofrecen el archivo de audio con la declaración del presidente del gobierno, no tengo ganas de escuchar a un señor que cuando habla parece que dicta a niños de primero de primaria. Me aburre mortalmente. Y eso es otro tema. ¿Cómo es que se puede ser presidente del gobierno sin ser un buen retórico y sin saber idiomas (así no contratan a nadie en ninguna parte en la que haya que interactuar con seres semovientes (excepto máquinas o ganado, claro)? Misterios de la ciencia. Pero no me quiero perder Confieso, pues, que no sé los términos en los que el presidente del gobierno ha planteado este “diálogo”, pero, desde luego, puedo apostar mi fe a que ni de lejos se parece a la comunidad presupuesta por Habermas en su teoría de la acción comunicativa. En cualquier caso, no pediría tanto. ¿Qué tal seriedad, honradez y justicia (dare unicuique suum)? Con eso basta.