La pregunta por el sentido está de moda entre los filósofos… y entre la gente dela calle. Enlas conversaciones cotidianas todo el mundo se pregunta por qué sentido tiene un hecho, sobre todo si el luctuoso o desconcertante. Solemos pensar quelo alegre, festivo tiene sentido por sí mismo y no remite más allá de sí. Pero no se da sin más esta tesis. El sentido parece que, en cuanto tal, apunta. En todo caso, ¿tiene sentido la vida? Un libro reciente de Susan Wolf, Meaning in life and why it matters, sostiene que el sentido no se identifica con la felicidad ni conla moralidad. Unavida puede ser moral y no tener sentido o puede ser feliz y carecer del mismo. El sentido, para ella, radica en el encuentro de la atracción subjetiva con el atractivo objetivo, es decir, en el compromiso amoroso con algo que es mayor que uno mismo, cuyo origen no está en uno mismo. Por supuesto que esto supone postular cierta objetividad en el valor. Pero eso implica afirmar también, que hay vidas infelices que tienen sentido y, a la inversa, vidas felizmente vividas que carecen por completo de sentido. Y, en apariencia, aun cuando todos aspiramos a la felicidad, ¿no estaremos más bien llamados al sentido? Me suena bastante al sermón de la montaña.
de Sixto Castro Rodríguez, OP
Es doctor en filosofía y bachiller en teología, además de titulado en órgano. Trabaja como profesor de estética y teoría de las artes y de teodicea.