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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

31
Ene
2008

Esperanza de mis amores

2 comentarios

 

Es excelente el artículo de Javier Cercas en El País semanal, una reflexión aguda acerca de la esperanza. Pero es desesperanzadora: a su decir, hay que perder la esperanza. Él se apoya en Montaigne, pero para ese viaje podemos buscar alforjas más clásicas y vetustas: lo que le queda a Pandora, después de abrir la caja de los truenos, es la esperanza, que puede ser vista como una bendición (véase el infierno de Dante, en el que reza “abandonad toda esperanza los que entráis aquí”) o una maldición (una tontuna que nos proyecta en el futuro, en la nada, en lo contingente que se nos escapa). Puede ser que en el mundo x+3, uno de los mundos posibles, se pueda vivir sin esperanza. Pero resulta que –Heidegger dixit– en la vida humana prima el futuro, y no hay tu tía. Esa idea de vivir el presente, como si éste fuese un instante temporal perfectamente deslindable de sus éxtasis (hacia atrás y hacia delante, hacia el pasado y hacia el futuro), como si de una unidad discreta se tratase es impensable, imposible, inhumana. Y usted podrá decir: claro, es que como Benedicto XVI ha escrito sobre la esperanza, tú te ves obligado a defender sus tesis. Jajaja. Ni de broma, entre otras cosas, porque no he leído la encíclica, así que no sé si estoy de acuerdo con él. Pero sí estoy de acuerdo con que la esperanza, la elpidia (seguro que usted conoce a alguna señora que se llame así) es una de las estructuras del ser humano (un existenciario, que diría Heidegger) y no se puede vivir si se deja de esperar, al igual que si de deja de comprender o se deja de hablar. Tut mir leid.
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Anónimo
2 de febrero de 2008 a las 09:41

Don Sixto, mejor esperanza de mi Amor. Que tal como está el patio seguro que alguien le hace de "roneo" en amores con alguna doncella castellana jejeje. Arriba...las chirigotas de Cadiz, que buenos filósofos son riendose -distanciandose en sano relativismo social" hasta de su sombra... y de paso de todo el patio socio electoral.

Ricardo
4 de febrero de 2008 a las 14:15

No se podrá vivir sin esperanza, pero el contenido de la esperanza es muy diverso. Eso por no hablar de que Heidegger circunscribe la esperanza dentro de la vida, en el más acá, asimilándola al proyecto de identidad personal (Entwurf); ni rastro de esperanza (Hoffnung) más allá de la muerte.Tan diversas son las esperanzas de los hombres que mientras unos esperan que los otros les dejen vivir su matrimonio en paz otros esperan precisamente hacérselo imposible. De estas dos, ¿cuál puede ser la esperanza de un fraile? Creo que la primera, porque cuenta con la mejor "cobertura"para el caso: el hábito.

Ricardo

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