Nov
Four lions
1 comentariosUna película reciente, bastante divertida, “Four lions”, es una especie de sátira que tiene en su punto de mira el fundamentalismo (islámico, en este caso). La verdad es que trata un tema delicado sin perder el sentido del humor en ningún momento, lo cual es bastante difícil en esta época en que todo el mundo sabe de qué se pueden y se debe reír uno…, bueno, en realidad, de qué se puede y deben reír los otros. En fin, en un determinado momento, dos de los que se van a inmolar discuten a la vista del otro, quizá el más radical de los tres, y éste viendo que uno de ellos está a punto de convencer al que duda, le dice: sólo está siendo amable. Y siendo amable no se gana un debate. El otro le responde: no, estoy siendo racional. A lo que el duro del asunto le espeta: con razones no se gana un debate. “No way”, apuntala. Y esto que parece tan anti-intuitivo, y nos hace reír a mandíbula batiente encierra una buena verdad. Y es que el resultado del debate no siempre depende de cómo se argumente ni de las razones que se den. Alguien tan poco sospechoso de complacencia con el enemigo es Schopenhauer, que, buen conocedor de la retórica, recomendaba utilizar las armas “racionales” que se tuviesen al alcance de la mano para aplastar al otro. Y si uno puede colar un argumento falaz, hágalo. Y si tiene que mentar a los antepasados del contrincante para sacarle de sus casillas, bienvenido sea el giro, todo por el bien de la victoria. Pues bien, cada día escuchamos argumentos racionales que circunscriben lo que se considera racional (lo cual también darçia para pensar otro rato). Y a pesar de eso, de que los reconozcamos como tales, no nos invitan a actuar. Parece que hay algo más que orienta nuestra vida que el argumento, que es fundamental, pero no es todo el fundamento. En fin, “four lions” es una divertida película para una tarde de domingo (o de lunes…)