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Gulliver y los legisladores inicuos
2 comentariosEn Los viajes de Gulliver, Jonathan Swift también se despacha a gusto contra estos intérpretes que, por recurso a la cháchara, cuanto más abstrusa mejor, llevan el agua a su molino de legistas, no por la superioridad de sus argumentos, sino por lo repetitivo de los mismos y por su supuesta "gracia de estado" legislativa. Swift arremete contra los jueces del país de los houyhnhnms, que son los abogados más diestros que se han ido haciendo más viejos y perezosos. Los abogados aducen los precedentes, aunque sean las opiniones más inicuas, y evitan considerar los méritos de la causa, y se explayan con gritos sobre circunstancias que no hacen al caso. Dice así: “Debe observarse asimismo que esta asociación posee una jerigonza y argot peculiares, que ningún otro mortal puede entender, y en los que están escritas todas las leyes, que ellos toman especiales cuidados en multiplicar; con esto han confundido totalmente la verdadera esencia de la verdad y la falsedad, de lo que está bien y lo que está mal, de modo que tardarán treinta años en decidir sii el campo que heredé de mis antepasados me pertenece a mí o a un extraño de a trescientas millas”. El fin de año viene cargado de infamias y sinsentidos legislativos, extraordinariamente interesados, que nos van a colar como la máxima expresión de la epiqueya. No puede ser.