May
Hablemos de Dios
3 comentariosHace un par de días asistí a una conferencia que daba una famosa filósofa española, Victoria Camps, cuyo tema principal era Dios. No interesa aquí mucho el contenido de la misma, sino la demanda, por así decir. El auditorio estaba lleno, cumpliendo de modo inexorable la máxima de Emilio G. Estébanez de que si pones una clase de teología no aparece nadie, pero en cuanto sale el tema de Dios en un foro distinto, sorprende hasta al más optimista la respuesta de la gente. Seguro que caben infinitas lecturas de ese hecho. Unos irán porque les ha obligado el profesor correspondiente; otros para ver si se confirman sus creencias (a favor o en contra de lo que diga el ponente) y en su caso, para hacer valer sus tesis; algunos van a aprender, y otros a disfrutar de la línea argumental y de los razonamientos del ponente (o a sorprenderse por sus debilidades), quién sabe. Pero sí es cierto que hace cuarenta años nadie podría aventurar que una conferencia sobre Dios y sobre el papel de lo religioso en el debate público aún llenaría auditorios. Es verdad que hoy hay innumerables propuestas de sentido que tratan de colmar un cierto vacío o una cierta dimensión de la existencia humana que sale a la luz de vez en cuando, siquiera en los momentos de vagabundeo intelectual, cuando no tenemos la mente ocupada en cosas concretas que exigen sus modos regulados de proceder (sea leer un libro de filosofía, hacer un experimento o ver una película), pero también es cierto que la dimensión religiosa no ha desaparecido del todo. Además, ciertos grupos de gente joven que no pertenecen ya a un mundo en el que, parece ser, la educación y las convicciones religiosas eran un punto de partida contra el que casi era un imperativo de la época reaccionar, preguntan, debaten y discuten con una frescura que llama la atención. Es un hecho que para muchos no es siquiera tema de su mundo, ni siquiera tienen un espacio vital en el que ubicarlo. Para otros, felizmente, es un objeto nuevo, que se les presenta con la novedad de lo que no está ya resuelto de antemano y que suscita el interés que provoca lo muy humano. Que siga la racha, a ver si entre todos…