Dic
It's a wonderful life
1 comentariosMirando los periódicos de hoy me he encontrado con un comentario sobre mi película… cuál va a ser…y más cuando se aproximan las fechas que se aproximan: ¡Qué bello es vivir! El comentarista me ha hecho caer en la cuenta de que su trama se ubica en una época de crisis económica terrorífica (¿casualidad?), en la que los hombres llegan a valer más muertos que vivos, lo cual, además de lo bursátil y monetario, evidencia una crisis moral de tres pares de bemoles, pues si la moralidad no tiene que ver con la vida del hombre, ya me dirá usted con qué. Y a pesar de los pesares (que son muchos, pues hay poco pasteleo en la obra de Capra), el bien triunfa. Se trata de una convicción básica, que no puede explicarse en términos analíticos. O se confía en que el bien triunfará (y se obra en consecuencia, no vayan a venir los listos de siempre diciendo que la confianza es la fuente de la inacción) o se confía en que el mal tiene la última palabra (y también se obra en consecuencia, que porque el pesimismo tenga mejor prensa hodierna –no sé por qué– no es menos tendencioso a este respecto). George Bailey, otra vez. Espero poder contar lo mismo el año que viene y recordar a todo el mundo que debería ver este peliculón, al que algunos incluyen dentro de la categoría de “humanismo cristiano”, que uno no sabe si lo hacen con buena o mala intención (porque ya lleva lloviendo bastante desde la polémica de los humanismo, que si el cristianismo es un humanismo, que si no, que si el existencialismo esto y lo otro…). El cómo llamen a la rosa, lo sabemos, no cambiará un ápice su aroma. It’s wonderful life.