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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

22
May
2006

Juanmi

8 comentarios
Hoy hemos despedido a Juanmi, que a una edad tan pronta y temprana se ha ido. Desde luego, no voy a ser quien glose su figura, pues mejor que lo ha hecho Miguel Ángel es imposible. Pero es que, lo que son las cosas, mientras él se iba, los “intelectuales”, ignorantes de que aún estaba caliente, discutíamos, en su casa para más señas, el sentido de la muerte, del sufrimiento, del mal… Hoy no podía dejar de pensar en aquello de Unamuno: “con razón, sin razón o contra ella, yo no quiero morirme”. Pues con razón, sin razón o contra ella, yo no quiero que Juanmi se haya ido para siempre. Ojo, digo con razón, que ésta tiene mucho que decirle a nuestra esperanza, pues parece que, en el discurso de la calle, razón sólo es lo que manejan los materialistas y gente de poses semejantes. La mía es tan buena como la suya. Ojo, que digo sin razón, porque la razón no tiene la palabra última. El ser humano es bastante más rico que todas las cosas que llamamos razón. Y si hay que ponerse tontos (todo el mundo lo hace cuando le pisan un callo, por muy eidético o dianoético que sea), pues contra ella (¿contra cuál? ¿Contra la “razón que nos da evidencias”? Dios mío, qué será eso). Mira, Juanmi, la razón, la sinrazón y la contrarrazón hoy me susurran una cosa y me dicen que te diga: échanos un cable desde donde estás. Hasta la vista, hermano.
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JLA
23 de mayo de 2006 a las 02:10

Sin lugar a duda, al final, lo que queda es lo que hemos visto en la iglesia es lo que termina importando en esta vida...la gente que puede hablar de nosotros, la gente en la que hemos experimentado el misterio de lo humano. Con la que hemos charlado, compartido silencio...Juanmi era un ser humano que a través de su tímida sonrisa, su silencio, su palabra, su servicilidad...nos hablaba de que lograr mostrar lo bello y lo bueno de nuestro interior no debería ser tan complicado. Estoy en Madrid, en mi habitación, levanto la cabeza del teclado, miro la estantería que tengo en frente y veo tres libros de la Biblioteca de San Esteban que ya no te podré devolver...Nos queda el sentido que no deja ser algo que esta vida va de la mano de la sencillez (lo dice alguien que se cree complicado), tú lo conseguiste fr. Juanmi. Ora pro nobis. jorgeluis@dominicos.org

F.F.P.
23 de mayo de 2006 a las 11:24

Mucho cariño encierran vuestras despedidas. Yo quisiera ser capaz de transcribir el agobio y también la esperanza que embargan mi corazón, pero no soy capaz. Sólo te recuerdo, te abrazo en mi corazón y te pido, Juanmi, que no nos dejes solos, y a Dios que te premie esa sencillez que enamoraba a la gente que te conoció.

RLL
23 de mayo de 2006 a las 12:13

La muerte siempre es desconcertante y en el caso de Juanmi mucho mas. Siento en el corazon como algo que me oprime y que me incita a pedir cuentas a "Alguien" de por qué nos deja sin él. Solo nos queda su recuerdo, los momentos compartidos con él y un gran afecto. Todo eso unido a la esperanza de que Juanmi desde la morada del Padre sigue a nuestro lado trasmitiendonos paz, sencillez y amor. Hasta siempre Juanmi un fuerte abrazo en Nuestro Padre Santo Domingo.

Luis García Matamoro
23 de mayo de 2006 a las 22:26

Gracias Sixto, por haber dedicado la página de tu blog a Juanmi y así ofrecerme a mí un espacio donde desahogar mis sentimientos. Porque a la conmoción producida por la noticia se le une la angustia del “estar lejos” y la ansiedad que crea el no tener a nadie con quien compartir el dolor y así recibir consuelo. Porque nadie de los que te rodean pueden comprender. Porque, por el trabajo, no puedes acudir.
Gracias Sixto por ofrecerme un espacio donde realizar las palabras de San Pablo en la 1 Tesalonicenses 4,18 cuando dice: “Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras”.
Fr. Luis García Matamoro op.

dominicas de Toro
24 de mayo de 2006 a las 02:05

Es cierto todo lo que dices , y por lo tanto no se mucho de razón,pero no se me va dela cabeza lo frágiles que somos y lo importantes que nos ponemos, y ¿qué hacemos ante la sencillez deJuanmi?. Todo nos sobrevive hastaun cepillo de dientes.hay que entenderlo, no éstá pero te siento cerca cuando sonriente venías a vernos y sólo unas palabras transmitian Paz.gracias.

michel
25 de mayo de 2006 a las 14:20

Gracias Sixto

Juan Luis Martínez
26 de mayo de 2006 a las 14:54

Hola, quiero transmitir mi dolor y alegria por la partida de Juan Miguel. Siempre estara en mi recuerdo unas jornadas que pasamos de convivencia en La Virgen del Camino, antes de ingresar en el noviciado. Me impresiono la humildad que compartia con los demás.
Dolor porque no podremos seguir compartiendo el espiritu que atesoraba, alegria porque siempre nos quedara su recuerdo.
Un abrazo a la familia dominicana y a los que le querian.

Dominica celta
21 de julio de 2006 a las 17:26

Me brota el orgullo de familia al leer los comentarios a tu emotiva dedicatoria por Juanmi, verdaderamente las correas humanas de las que nos habla Isaías, están presentes entre nosotros y elevan un canto de hermandad a través de este medio, que no sabemos en qué lugares y corazones alcanza. Me brota el orgullo de familia, al ver que nos lloramos, nos sentimos, nos decimos y nos amamos. Creo es bueno acentuar lo positivo, para equilibrar lo usualmente inmediato.

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