Abr
La claridad de Leguina
2 comentariosHe leído hoy un artículo excelente de Joaquín Leguina en El País. Estaba esperándolo (no al autor, no ése artículo, sino esas palabras), porque no me gusta vivir a base de eslóganes, que son la marca no de un pensamiento débil (un pensamiento que toma conciencia de su contingencia), sino de la falta de pensamiento. Cogemos ideas, las vaciamos de su capacidad crítica y de su susceptibilidad de ser puestas en duda, las solidificamos y vivimos con ellas, haciéndolas inmunes a toda crítica. El siguiente paso es identificarnos con ellas hasta tal punto que, cuando se critican las ideas, consideramos que se nos critica a nosotros mismos. Bien, en esta batalla de eslóganes llevamos ya unos días a cuenta de Garzón sí, Garzón no. A este sí-no se le han añadido una serie de elementos parasitarios, algunos de los cuales se han colado de rondón, que han generado un cacao monumental en el que se ha obligado a todo el mundo a tomar partido o, lo que es lo mismo, se ha impedido que cada quien diga lo que le parece, pues el eslogan anula toda posibilidad de discrepancia: se lo toma o se lo deja, no se lo discute. No diré más. Creo que Leguina lo dice con total claridad.