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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

19
May
2006

La verdad de Dios

6 comentarios
Esta tarde, en un programa de radio, mi buen amigo Chema y yo discutíamos por culpa de (o gracias a) una frase que Woody Allen pone en boca de uno de sus personajes, en su película Delitos y Faltas. La escena es la siguiente. Mientras visita la casa de su infancia, en la escena central de la película, el oftalmólogo-asesino Judah recrea una discusión habida en su casa durante la fiesta de la Pascua: el conflicto principal está entre la fe tradicional, encarnada en el piadoso padre de Judah, Sol, y el relativismo moral de su tía marxista May, que profesa la filosofía de que “el poder hace la moral” y de que “la historia está escrita por los vencedores”. May defiende que si Hitler hubiese ganado la guerra, habría definido lo que es moral y no habría habido posibilidad de cambiar su definición. Pero ella sugiere más: que su poder habría establecido lo que es justo. Aun así, defiende que “para los que quieren moralidad hay moralidad. Nada está grabado en piedra”. Y sostiene, en referencia a Judah, que “si puede hacerlo [matar] y no le pillan… y elige no ser fastidiado por la ética, está libre”. Sol objeta, pero no con argumentos racionales, porque no confía en la lógica como criterio último, que siempre preferirá a Dios a la verdad. Bueno, pues la cosa es que la semana pasada terminamos nuestro programa de radio defendiendo eso mismo: en caso de elección, él se quedaba con la verdad y yo con Dios. Hoy hemos vuelto al ataque. ¿Qué entendemos por “la verdad? ¿Y por Dios? Para él, la verdad es una búsqueda, y Dios es un baluarte de seguridades. Fíjate, para mí es justo lo contrario. Si el universo es fundamentalmente indiferente a nuestra capacidad humana de amar y de crear significado para nuestras vidas, entonces no tenemos absolutamente ninguna razón para elegir una verdad que destruye la alegría de la vida sobre los valores subjetivos satisfactorios que podemos crear para nosotros mismos. En este sentido, Sol, el padre de Judah, tiene razón. Si, por el contrario, entendemos que la verdad es aquello que nos hace libres, adelante por la verdad. Gracias por la oportunidad de discutir sobre lo que realmente importa, Chema.
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Anónimo
21 de mayo de 2006 a las 15:14

Los que buscamos la verdad sabemos vivir en la ambigüedad. Los que tenemos fe experimentamos la oscuridad. Lo que nos disgusta más es la seguridad sin razones, la sustitución de la razón por las vísceras, la coronación de los intereses como única verdad.(Véase, por ejemplo el discurso de nuestros políticos..., pero no sólo el de ellos).Es significativo que con frecuencia se aplique el calificativo de "incierto" a lo que se quiere declarar falso. Como si la verdad se confundiera con la certeza. ¿De cuántos errores ha estado cierta la humanidad, toda ella, a lo largo de los siglos? Parece ser que lo que se busca es descansar en la certeza psicológica, responda o no a la verdad objetiva.Pereza mental, exaltación del aburguesamiento racional, empequeñecimiento de la condición humana, creo que es eso. JJLL

(1) Chema
21 de mayo de 2006 a las 15:29

¿No se dijo, que la verdad nos hará libres? Pero, adaecuatio rei et intellectus.
Vale, ahora sé qué es la verdad. Tomás de Aquino me lo ha dicho. El Doctor angélico y príncipe de los escolásticos, base de la enseñanza de todas las escuelas católicas, como decía el papa León XIII en la encíclica Aeterni Patris (1879), o el papa Pío XII, que, en la encíclica Humani generis (1950), afirmaba que la filosofía tomista es la guía más segura para la doctrina católica y desaprobaba toda desviación de ella. Entonces, tiene que servirnos la cita.
Sin embargo, no es posible que tú y yo hablemos de lo mismo; pues si esta máxima escolástica es válida, no podemos hablar de verdad y dios al mismo tiempo.
Hay que optar. O lo incognoscible (pues dice el evangelio de Juan que nadie ha visto a dios) que alimentan nuestras esperanzas, o escapar de la conjetura.
Pero además en el judaísmo –volvamos a la película– es el compromiso con la Ley lo que está en juego. No es posible otro intento de extrapolación. ¿Se puede escapar de la Ley? Lo voy a plantear de otra manera: ¿Hay castigo para los que están fuera de los 613 preceptos que contiene esa Ley? El rabino cree que sí, esa es su respuesta. ¿No habláis de lo mismo, verdad? Porque entonces, tal vez, dios no sería una búsqueda, pues hay Ley, un contenido concreto para las acciones (no mencionaré el Eutrifrón, más que en este paréntesis).
Pero tú buscas. Luego vana es tu esperanza. Yo que no la tengo, pobre de mí, opto por la verdad, en un ...

(2) Chema
21 de mayo de 2006 a las 15:37

Pero tú buscas. Luego vana es tu esperanza. Yo que no la tengo, pobre de mí, opto por la verdad, en un deseo de alcanzarla: “Muchos son los llamados pero pocos… LOS PORTADORES DEL TIRSO”. La calma que procura el saber. Ya lo dijo Séneca: “Beatus dici nemo potest extra veritatem proiectus”. O sea, Sixto, que nadie se llame feliz, si se encuentra fuera de la verdad. Cuando el judío, opta por dios, opta por una ley de contenido concreto. Cuando el cristiano opta por dios, ¿por qué opta? No es posible la extrapolación, si vas a dar una respuesta tienes que olvidar esa película, pues el marco de discusión es judío. Tu respuesta tiene que ser muy diferente, pero no fuíeste capaz en la radio de justificarte, porque ya sabes que aunque la fe no es discutible sí lo son los argumentos que la defienden. Y sin embargo, eres prudente, porque tus pensamientos estaban modivos por la siguiente sentencia del Aquinate: <<En última instancia, todo lo que el hombre sabe de Dios es que no le conoce, porque sabe que Dios supera todo lo que podemos comprender de él>> (De potentia, q. 7 a. 5 arg. 14). Por eso callaste, ¿verdad?

Natxo
22 de mayo de 2006 a las 18:35

Estimado Chema: Cuando el cristiano opta, lo hace por lo tangible desde un punto de vista existencial, por el Amor que sublima la ley, hasta tal punto que a la caza la da alcanze; es falso que el hombre no conozca a Dios, "prima facie" conoce la realidad, que imputa por dios; los Cristianos conocemos las "entretelas" de Dios, desde su amor tangible: Jesucristo (el resto de construcciones filosóficas son "camisas" que mas o menos sirven, pero nunca dan la talla -o la verdad ontologica alcanzada en Jesus, el Cristo-). Solo desde la fe revelada, y razonablemente asimilada, se aprehende la Verdad, la sola razón no lleva a la Verdad, solo desde los ojos de la fe razonable, tu ser descubre y aprehende la "verdad existencial" que esta ahí en la naturaleza de las cosas y de suyo te lleva a la plenitud y a la libertad.¿la cuestión es, el dios que piensas verdaderamente existe? ¿por qué el binomio Deus-Lex?

Gustav Muller
22 de mayo de 2006 a las 20:59

El problema grande de la ética no es saber si Dios o más bien la verdad (que por lo demás quizá sean para algunos lo mismo). El problema de la ética -al menos desde una perspectiva que aquí me interesa resaltar- es la convivencia, la manera de comportarse para con el otro, la justificación racional de ese comportarse. Pretender que de manera absoluta y universal la verdad de uno debe ser la de todos, me parece sencillamente imposible de justificar. Quédese el marxista con lo suyo y el religioso con lo propio, y haga el filósofo lo mismo con su camisa escéptica (¡sólo faltaba!): a mí lo que me interesa es saber cómo hemos de comportarnos unos con los otros, sin que eso signifique imposición, sino libertad. La ética no depende -al menos no por completo- de los dioses ni de las verdades, sino de los hombres, de los cuales ninguno es Dios, ni ninguno está desprovisto de cierta verdad. ¿Relativismo? Bueno, no menos relativismo del que afirma que Dios es la respuesta y con eso se queda tan pancho, pues dioses hay demasiados y para algunos están demasiado lejos.

JMValderas
24 de mayo de 2006 a las 12:33

Por matizar. 1) La adecuación entre entendimiento y objeto no es algo perdido en los latines escolásticos. Se trata de una de las tesis hoy más consolidadas en filosofía de la ciencia. 2) Asociar lo cognoscible a lo visible supone negar la física cuántica. ¿Quién ha visto un quark? La exposición de los conceptos de fe y esperanza constituyen un buen motivo para otro debate.

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