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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

3
Jun
2019

Los científicos lo saben

6 comentarios

El otro día escuchaba un programa de radio que me apareció aleatoriamente en esos ires y venires de las ondas cuando uno va en coche. El entrevistador hablaba con un joven novelista que se declaraba agnóstico. Y ante la duda del muchacho, que consideraba que no podía decidirse respecto a la existencia o no existencia de Dios, el entrevistador le soltó la perla: “los científicos lo tienen claro”. Y me dije: hete aquí la koiné de nuestra época. Frases breves, falaces y tontas (memes, memeces, de nuevo).

Un gran filósofo dijo en una ocasión que “los enunciados universales son el martirio de las colectividades”. Y este es uno, que nos martiriza a poco que lo pensemos. “Los científicos”. ¿Quiénes son? ¿Tienen un número atómico que los identifica como tales? ¿Son una clase natural? ¿Piensan igual los biólogos que los físicos o los neurólogos? ¿Piensan igual todos los biólogos, físicos y neurólogos? ¿Son científicos los matemáticos y los lógicos? ¿Y los economistas? ¿Y los psicólogos?

“Lo”. Ay, el lo, ese pronombre tan lleno. ¿Qué es el “lo” que tienen claro? No hace falta decirlo, porque es también parte del pensamiento que domina en ese dilema: que no existe. Cosa que, por supuesto, se afirma a priori y sin necesidad de preguntar. Hay encuestas que arrojan resultados dispares, si es que eso sirve de algo. Pero de ninguna se puede derivar que el universal “los científicos” “lo” “tengan claro”. Que es el último punto: “lo tienen claro”. Es raro que lo tengan claro cuando todo el espacio de los científicos trata más bien con hipótesis y pocos se atreven a decir, en cosas de gran envergadura, que eso no tiene vuelta de hoja, porque lo que la historia de la ciencia ha mostrado es que hasta lo más asentado se ha revuelto.

Pero después de todo este periplo, la clave del asunto es que Dios no es un concepto científico. Que la ciencia sea el paradigma de conocimiento en nuestra época no nos permite inferir que, como decía el filósofo, la verdad no pueda hallarse más allá o más acá del método. Dios no es una hipótesis científica. No me cansaré de decirlo. Lo sabía Santo Tomás y lo decía San Agustín. No tengo ninguna razón de peso para fiarme menos de ellos que del presentador del programa de radio.

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JM Valderas
4 de junio de 2019 a las 18:09

Pese al incremento que en los últimos decenios ha registrado el estudio de las relaciones entre ciencia y fe, con la creación de numerosas instituciones, empezando por la vaticana Academia de la Vida, fundaciones como la John Templeton, cátedras como la de Deusto o Navarra en España, la de Deusto subvencionada por el ex-dominico Francisco J. Ayala, por no hablar del prestigioso Ian Ramsey de Oxford y el Faraday de Cambridge, la falta de cultura de nuestros periodistas es sorprendente, tan sorprendente como osada. Cierto es que no ayuda a ese esclarecimiento el voluntarismo de algunos teólogos patrios cuya fuente de información en estas materias es... Muy Interesante. Al leer tu comentario, caro Sixto, me ha dado media vuelta en la silla y he cogido del estante de publicaciones recientes, al azar, Why science does not disprove God. Su autor, Amir D. Aczel, matemático de la Universidad de Boston, autor de Fermat´s Last Theorem, traducido a 30 idiomas. Podría haber cogido el que está al lado, The Faith of Scientists in Their Own Words, edited by Nancy K. Frankenberry, o The Language of God, el siguiente... Y llorar por la incuria de tanto despistado pontificando.Pero, bien pensado, ¿no tendrían buena parte de culpa esos teólogos que hablan de ciencia y fe sobre Muy Interesante y no han ojeado en su vida, la revista Theology and Science, por citar una de las muchas? A veces atribuimos a los demás nuestra propia incuria.

JM Valderas
6 de junio de 2019 a las 12:23

Sixto, relacionado con su post aparece hoy en EL PAIS un artículo sobre la política de Trump en torno a la financiación de la investigación sobre tejidos de fetos abortados voluntariamente, que queda prohibida. Se corta el grifo que diría un castizo. No así la financiación privada. El trasfondo de la medida de Trump impuesta a los NIH es que podrían producirse abortos con el fin exclusivo de investigar los tejidos. Es decir, el hombre como medio, no como fin. Lo dejo aquí. Pero hay ahñi un roblema ético de proporciones colosales. Una pena que no sólo la Orden, la Iglesia entera empezando en el propio Vaticano, estén silbando y mirando a otro lado.

Vicente Jara, OP
6 de junio de 2019 a las 13:32

Cierto fray Sixto. La verdad es que hasta el siglo XX la casi totalidad de científicos en el ancho y largo de la superficie esférica del mundo, y por supuesto allí donde la ciencia más se ha desarrollado (por otro lado, debido al cristianismo, asunto que incomoda mucho cuando se lo expones a un ateo), es decir, en Europa, eran creyentes. El influjo no de la ciencia, sino de las ideologías negacionistas de la existencia de Dios ha llevado a una caída fuerte no solo entre los científicos, sino en todas las capas sociales (menos entre los sacerdotes), profesiones y estratos, desde los panaderos a los vendedores de ropa. No obstante, no es por la ciencia sino por la ideología. Es suficiente sacar este tema en los diferentes congresos científicos del mundo con otros colegas (yo soy un científico creyente) para darse cuenta de que "por ahí" la gente es muy, muy creyente. Un apunte, la India, y no son malos científicos, nunca lo fueron, y empiezan a tener puestos muy importantes en Silicon Valley, y son abrumadoramente creyentes. En fin, como dijo el otro por la radio, "los científicos lo tienen claro", pero no algunos periodistas.

Vicente Jara, OP
6 de junio de 2019 a las 13:35

Quede aquí un enlace sobre la India y los científicos y sus crencias:

https://www.natureasia.com/en/nindia/article/10.1038/nindia.2008.220

JMValderas
7 de junio de 2019 a las 15:54

Vicente, firme creyente pakistaní fue Abdus Salam, Nobel de física por sus trabajos sobre la fuerza electrodebil. Ramanujan, el genio indio de la matemática fue también creyente, como se recoge en la película reciente sobre su vida.

Borja
3 de abril de 2020 a las 11:35

Dios no es una hipótesis ni tampoco un enunciado ni una teoría científica. Dios es cuestión de fe o no fe, pero el ejercicio de aquello que es razón, lógica, entendidas como herramienta o capacidad para intentar explicar y significar mejor algo que sea materia de estudio, puede servir también para la Teología; para desarrollar un discurso más coherente incluso con aquellos aspectos de la Teología que siendo arcanos pueden aún así explicarse de un modo más convincente y esto no significa explicar más, decir o hablar más de Dios o atribuirle más términos. Al contrario. Muchas veces, el valor de la filosofía suele ser hacer un argumento más lógico y coherente con el ahorro de términos. Muchas veces las respuestas más complejas son las más simples a primera vista y por ello tal vez un enunciado universal es la simplicidad de la multiplicidad mejor explicada.
Pero la Ciencia y la Filosofía pueden acercarnos a Dios.
Los Preambula Fidei que nos transmitieron como ejercicio racional para intentar entender mejor las Verdades Teologales desde unas explicaciones más lógicas siguen y seguirán vigentes como método válido de raciocinio

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