Sep
Los niños del cielo (otra vez)
2 comentarios¿Es posible que en una carrera uno no quiera llegar el primero? Parece que es extraño, pero entra dentro de lo probable. Quizá el que puede ganar deja que gane otro porque pertenece a su equipo, es su amigo, lo necesita más, o simplemente porque, sabiendo que puede ganar, decide no hacerlo. Pero, ¿es posible que alguien quiera llegar el tercero? Sí, si lo que pretende conseguir sólo puede hacerlo llegando el tercero y en ningún caso el primero. Esto me ha venido a la mente porque he vuelto a ver, a saltos, una de mis películas favoritas, Los niños del cielo, una historia que es una loa a la familia, la fraternidad y la gratuidad que para sí la quisieran los que más hablan de ellos con un lenguaje abstruso y a veces asustante. Porque si las familias son una de las principales fuentes de conflictos, también son, sin duda, donde se dan las acciones más “heroicas”, me atrevería a decir. En esta película, todo gira en torno a unos zapatos compartidos, que son el símbolo de la fraternidad y la paternidad. ¿Cómo recuperar esos zapatos? ¿Cómo poner por obra la fraternidad? Llegando el tercero en una carrera, y en ningún caso el primero. Si alguien tiene tiempo, le recomiendo esta excelentísima película ( está en el youtube en 10 partes ) que me sigue poniendo la carne de gallina cada vez que la veo y, cuando dudo del género humano, me reconcilia tan profundamente con él, que pocas dudas albergo ya.