Sep
No a los funerales de estado
2 comentariosCreo que el señor Tamayo, en su artículo, publicado en El País, en el que critica los funerales católicos de estado, ha pinchado en hueso. Critica que se celebren funerales católicos con el respaldo del estado en memoria de gentes que quizá ni siquiera fueron católicas o que claramente no lo eran, como es el caso de un pastor evangélico. Y todo ello en el marco de un superbuenrrollismo que parece que es el que se da en esta sociedad multicultural y multirreligiosa en la que todos estamos encantados de habernos conocidos. Y es que es mentira que la nuestra sea una sociedad multicultural (porque existe una cultura dominante, que no necesariamente es católica). Pero sobre todo, porque el artículo de Tamayo da por supuesta una cosa que es lo que hay que probar: que hayan de celebrarse funerales (o memoriales o mementos o lo que queramos) de estado. La supuesta supremacía católica, que se hace patente en el desdoro de las otras confesiones religiosas, no se atenúa con una celebración en la que se antepone a todo el estado. En este aspecto soy bastante anarquista (entiéndaseme bien, o entiéndaseme mal, me da igual) y no considero que el estado tenga el más mínimo derecho sobre el ciudadano a la hora de conquistar ciertos espacios de la memoria. En cuanto católico, me gustaría que, caso de que alguien de mi estirpe u objeto de mi cariño, se viese involucrado (Dios no lo quiera) en uno de estos desastres sociales, los que le queremos le despidiésemos católicamente. Y hasta ahí. No entiendo que los representantes del estado tengan que estar presentes en algo que ni les va ni les viene, y menos aún que puedan convertir en cuestión de estado lo que es puramente social (de la comunidad que constituimos y nos constituye). Lo dicho, negada la mayor (que el estado deba inmiscuirse en estos terrenos tan privados), luego podemos discutir si el cardenal de Madrid tiene que celebrar una misa a mayor gloria suya o de quien fuere, pero eso es la segunda parte.Y segundas partes, casi nunca son buenas.