Sep
No hay respuesta (al uso)
1 comentariosHoy me he encontrado en la iglesia con una conocida que se quedó viuda no hace mucho y no ha superado el trance. Supongo que en estas cosas no valen los calendarios ni los indicadores temporales. Ella me decía: “no sé qué hago aquí”. Y después: “no hay respuesta”. Y no la hay, y aunque la hubiese, no serviría de nada. Una respuesta (sea la que sea) no aligera la ausencia. Y eso me da que pensar que quizá el planteamiento en términos de “pregunta-respuesta” no funcione bien. ¿Por qué esto? ¿Qué sentido tiene? Aun cuando llegase "la" respuesta, la pregunta no quedaría respondida. Es un tipo de “pregunta” que no se cierra. Cuando a San Agustín se le murió su mejor amigo, la mitad de su alma, tal como nos cuenta en las Confesiones, él mismo se convirtió, para sí mismo, en pregunta. Si la pregunta es cada uno, no es fácil cerrarla con una frase, una argumentación o una máxima. Lo cuenta perfectamente bien Dostoievski en Los hermanos Karamazov, mediante la figura de la madre cuyo hijo ha sido asesinado. No valen las respuestas al uso, por eso la existencia del mal sigue siendo un misterio para el cristianismo (que no un problema, que se resuelve).