20
Jun
2006Jun
Porque yo lo valgo, querido Klimt
11 comentarios107,4 millones de euros se han pagado por un cuadro. Casi 18000 millones de pesetas. Tengo que ubicarme. Son demasiados ceros, demasiadas pesetas y demasiados euros. ¿Una inversión? Lo dudo. ¿Amor al arte? Lo niego (aunque el comprador vaya a exhibir el cuadro en un museo). ¿Aquí estoy yo? Pues sí, sin duda. Si yo puedo pagar por un cuadro una cantidad de dinero que podría quitar el hambre de un país africano no es por otra razón que el “porque yo lo valgo”, como dice el eslogan de una marca de cosméticos, no sé si la de quien pagó esa cifra o la competencia. Sí, sé que vendrán enseguida críticos sesudos a justificar los 18000 millones de pesetas. Yo soy de esa ganadería, así que no soy tan fácil de engañar ni de convencer. El arte no tiene nada que ver con esos 18000 millones. Y no es que yo sea un purista que no quiera saber nada con el dinero. En absoluto. El artista debe cobrar su salario. Pero…, ¿dónde está el artista? ¿Por qué no fue a recoger su parte? Ah, lástima, no está entre los vivos. En su lugar hay un marchante que convence a alguien de que pague una fortuna, porque siempre habrá otro que querrá tener ese cuadro, pero, ah, lo siento, no lo tendrá nunca. La posición social que supone tener ese Klimt ya es inalcanzable para cualquier otro. Y todo funciona así en la feria de las vanidades. Con su pan se lo coma, señor Lauder. Piense, no obstante (porque no se excluye), en dar algo de ese dinero que le sobra para hacer regadíos en Níger. Parece ser que con 50 millones de dólares (un tercio de lo que pagó por el cuadro), o sea, una futesa, se puede convertir Níger en un inmenso regadío y dar de comer a todos sus habitantes. Mientras usted pone su nombre al museo ya han caído 4 ó 5.