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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

20
Sep
2009

Profesión de Moisés (breve)

7 comentarios

Ayer celebramos en la iglesia de San Pablo la profesión de Moisés. Fue un día grande para la Iglesia, como decía un compañero trinitario de estudios, allá por los 90. Sin duda. Para los frailes de Valladolid esta profesión tuvo una significación especial, pues en cierto modo, la vocación de Moisés fue incubada aquí, de ahí que él mismo quisiese hacer sus primeros votos en esta casa, nueva casa, por otra parte, el convento de San Pablo y San Gregorio. Ya quisiera yo tener una foto para poner aquí, pero los fotógrafos aún no me han hecho llegar las pruebas materiales que confirman o niegan (según los ojos que miren) que nos parecemos física y dominicanamente.

Una ceremonia sobria pero elegante, unos gestos labrados por los siglos y que mantienen su vigencia, una espléndida homilía del provincial, vinculando Sabiduría y filosofía y una conmovedora y hermosa acción de gracias de Moisés (con memento para los que de esta casase fueron y, aun así, le interpelan como vivos) fueron elementos constituyentes de un día realmente grato, grande y para el que, en cierto sentido, sobran las palabras. Un día grande para la Iglesia, en efecto, del que todos salimos renovados.

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Félix García
21 de septiembre de 2009 a las 12:40

Pues es cierto: hace un par de meses conocí a Moises en Caleruega. Lo salude efusivamente con un "¿qué tal Sixto?" al que no contestó. Eso me dio una pista sobre mi error. Su voz de bajo profundo, me dijo que estaba equivocado del todo.
No tengo su e-correo, por lo que te pido que le transmitas, si puedes, mi enhorabuena. En un tiempo donde los gestos de entrega no abundan, leer esto consuela bastante. Un cristiano adulto prometiendo vivir en abediencia, castidad y probreza a Dios en la persona de un superior, es un espectáculo bastante insólito.
¡Aún hay esperanza!
Que cuente con la misericordia de Dios y también con la nuestra.

Un abrazo para ambos.

Ignacio Antón
21 de septiembre de 2009 a las 14:57

Mi enhorabuena más sincera. Nos felicitamos junto con todos los que formamos la Orden y la Familia Dominicana. Un abrazo para Moisés y para la comunidad de San Gregorio-San Pablo de Valladolid.

Fray Benito,op
21 de septiembre de 2009 a las 19:28


Esta mañana he leido la prensa y no había ninguna noticia a destacar.Luego de comer,abro el ordenador y en el blog de Sixto me encuentro con un notición.
Un chico que no conozco y se llama Moisés,ha decidido dejarlo todo y ponerse en camino para servir a los hombres,obedecer contento y no ir detras del euro.Creo que estas loco,muy loco,no pierdas esa locura nunca,esa locura te hara feliz. .Felicidades Moisés. En Vísperas tendre un recuerdo especial para tí. Fray Benito,op

entós susurrante
21 de septiembre de 2009 a las 23:46

Me uno en una efusiva y cordial (en el sentido más etimológico del término) enhorabuena a tus palabras y a las de tus Hermanos de la OP. ¡Claro que el sábado fue un día grande para la Iglesia, por lo tanto para el Mundo, para todos los que junto con Moisés formamos el conjunto de los seres humanos! ¡Qué maravilloso acontecimiento nos ofrecisteis, efectivamente, vivido y transmitido en un ritual que todos podíamos “palpar” lleno de sentido y fuerza! Puedo decir como “testigo ocular” (pero sobre todo “cordial”, volviendo a la etimología de antes) que el sábado a las 6,30 en San Pablo de Valladolid, todos los que allí nos encontrábamos sentimos en lo más profundo que estaba ocurriendo algo muy importante y hermoso. No creí que se pudiera vivir tan intensamente un acto así, pero desde el momento en que comenzó la “procesión” de entrada, abierta por el propio fr. Moisés con ese hábito que tanta majestad humilde inspira, el ambiente sagrado que el mágico interior de esta iglesia ofrece y que tan bellamente se estaba adornando con la música que se oía ya desde fuera en el breve ensayo previo, adquirió un esplendor impresionante. Con seguridad, todos pudimos experimentar un sobrecogimiento que nos vinculaba de un modo nada usual a lo que estaba sucediendo… El comienzo de la eucaristía y la ceremonia (qué bien nos introducían y acogían las palabras de quien nos iba explicando cada paso y su sentido) supuso una sensación de “cierre al mundo” para concentrarnos en el compromiso admirable que fr. Moisés deseaba mostrarnos bendecido por sus Hermanos, Maestros y Superiores… Puedo asegurar que no había que hacer ningún esfuerzo por sentirnos transportados a otro nivel desde donde podíamos contemplar, inundados de una alegría especial compartida, todo el acontecimiento… Y es que esa llamada al Espíritu Santo con el siempre conmovedor Veni Creator, fue como una ola de Luz que impulsó hacia todos nosotros Moisés. ¡Qué sabias las palabras -razón tienes- las del provincial (¿qué profesor en clase de filosofía no debería tenerlas en cuenta?) sobre las base de esas bellas lecturas! ¡¡Y el agradecimiento de Moisés…!! ¿Puede haber más inspiración amorosa (¿la hay de otro tipo?) en ese hermoso discurso digno de publicarse para que todos lo podamos releer y meditar sobre él? Sí, fue un día grande, y el ejemplo de fr. Moisés nos ha transformado, y de algún modo nos compromete también a vivir desde esa experiencia espiritual que tan gratuitamente se nos ha proporcionado en esta magnífica Profesión de la tarde del sábado 19… y que, con toda seguridad, ha afectado a muchos más de los que estuvimos presentes “físicamente”. Aquí sí cabe decir :“Gracias” (y nada más), como le enseñó su Maestro a Moisés.

Fray.
22 de septiembre de 2009 a las 01:23

Es y será un gran fraile. Los que tenemos la suerte, y digo bien, la gran suerte de conocer a este fraile, a Moisés, sabemos que así será. Su transparencia, su disponibilidad, su entrega total y desinteresada y por supuesto su amor a la Orden de Predicadores, nos harán ver cuan grande es este fraile y lo lejos que llegará. Me hubiese gustado estar presente en la celebración pero por causa ajena a mi voluntad sólo pude estar presente con mi oración. Comparto contigo, Sixto, lo de que ha sido un día grande. Día grande para su familia, para los que lo queremos, para los frailes dominicos y en definitiva para toda la Iglesia. Qué suerte poder contar con un fraile tan "Magno", pero ante todo, qué suerte tener a esta gran persona. Felicidades Moisés y adelante.

Anónimo
29 de mayo de 2013 a las 01:37

moises hiso un trabajo bueno

Anónimo
23 de mayo de 2014 a las 02:19

jejjejejejejeje

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