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¿Qué será el cerebro vacío?
1 comentariosInmortalidad (o ansias de la misma), cerebros que son la sede de absolutamente todo, científicos que con sus ideas pretenden que los demás somos poco menos que lerdos, porque no aceptamos la explicación unius libri…Todo eso y más constituye lo que la prensa divulga constantemente, y que uno no puede dejar de leer, porque la mirada se va detrás de lo que atrae, por familiaridad o por extrañeza (que ambas cosas funcionan de modo semejante). Pasaron los ecos de la campaña autobusera y, aún así, todo el mundo sigue hablando de Dios. Alguno se empeña en que está en el cerebro, cuando siempre se había dicho que estaba en el corazón… Y es que hoy se considera que la sede de todo lo que es una persona está en lo que cobija el cráneo, pero antes se creía que el corazón era el órgano fundamental, es decir, los antiguos no hablaban como las postales esas tan kitsch, en las que aparece un Cristo demasiado maquillado para ser verdadero, y en las que nos suelta una frasecilla sentimentaloide. No, el corazón, en la tradición aristotélica, por ejemplo, era sede, y el cerebro poco más hacía que refrescar la sangre. Así que si Dios está en el corazón o en el cerebro viene a ser más o menos lo mismo. Quizá cuando llegue otro paradigma científico, Dios pase a estar en las subestructuras cuánticas de las moléculas venerables. ¿Qué más da? Lo que siempre hemos sabido y afirmado es que no nos engañamos en nuestra percepción y en nuestra creencia, que son siempre intencionales (sé que me repito al usar este término, pero me gusta): son de algo, no son vacías y probablemente no quedarán defraudadas. Y además, están de moda, ¿qué más se puede pedir?