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2006Oct
Quién teme a disney? Yo, sin ir más lejos
3 comentariosHace tres días fui a misa en uno de estos países por los que he andado merodeando últimamente. La iglesia estaba abarrotada (se celebraban las primeras comuniones, pero eso debe ser lo de menos, porque lo que me comentaban es que lo habitual es tener las iglesias hasta la bandera). Había monaguillos a decenas, unos veinte ¿liturgos?, ¿diáconos?, ¿auxiliares? La verdad es que pensé que eran diáconos (habría entonces diaconisas), porque llevaban la estola cruzada ad modum diaconorum, pero me aclararon que eran colaboradores, por eso, dado que no sé exactamente cómo llamarlos, porque ostiarios ya queda feo, recurro a términos en los que el significado etimológico pueda venir en mi ayuda. La prédica del páter no estuvo mal del todo, con su toque de humor, orientada a los niños. Había un órgano, eso sí, electrónico, que engañaba y acompañaba, por ese orden (lo siento, soy purista en pocas cosas, pero la organería es una de ellas). No sonaba nada mal la asamblea cantante, con poderío y convicción. De vez en cuando, y ahí quería yo llegar, intervenía un coro. El órgano defectivo era sustituido por un piano (eléctrico), un violín y unas voces cantarinas. Pero, ah, horror, lo que cantaban era puro disney (me permito escribirlo con minúsculas porque no quiero concederle la categoría que otorgan las letras capitales). Sólo faltaba que alguna de esas espantosas criaturas que pueblan sus parques temáticos saliese por ahí, con su forzada sonrisa, bailando al son de esa cosa abominable. Lo siento, pero ahí no puedo pensar con claridad, simplemente –y es de lo poco en lo que concuerdo con Baudrillard– creo que la disneylandización de la sociedad es algo peligroso, porque devalúa demasiadas cosas. En otros ámbitos me preocupa menos, pero disney en la iglesia me horroriza con temor y temblor improductivos. Si se quiere ser moderno y estar al día musicalmente, se puede copiar ya no digo que a John Cage, que no hay quien lo resista, pero sí a Arvo Pärt o, por qué no, si se busca algo más popular, a Hans Zimmer (le garantizo que ha escuchado sus melodías, aunque no sepa quien es).