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Oct
2006Oct
Religión y democracia
3 comentariosComo es mi costumbre, huí de la batería de preguntas que le iban a espetar al conferenciante que esta mañana, en el marco de un congreso sobre ciudadanía, disertó sobre inmigración, derechos y cosas semejantes. Fue un error, he de confesarlo, porque, según me contó mi amigo Moisés, uno de los que están al último alarido le arguyó al conferenciante que democracia y religión eran incompatibles. Vamos a ver, alma de cántaro. Si eso fuese así, que no lo es por ninguna de las cuatro causas, la única solución sería el exterminio de unos por otros. No hay más. O bien los demócratas se cargan a los religiosos o a la inversa. ¿No podría ser que no fuesen conjuntos disjuntos, de manera que diesen lugar a un subconjunto de religiosos demócratas o demócratas religiosos? Por supuesto que no, me imagino que diría el listo este. Pues a las armas. No hay más que hablar. O quizá sí. Sí, definitivamente sí hay más que hablar. Moisés me decía que una democracia que te obliga a dejar a la puerta todas las libertades (incluida la religiosa) no es algo que él quiera. Estoy totalmente de acuerdo. ¿Qué diferencia hay entre esa democracia y ninguna democracia? Usted vive en un régimen de libertades, pero ésta no, aquélla tampoco y la de más allá menos, vamos las democracias de la antigua RDA. Ay, los listos de los congresos con incontinencia verbal. Unas compresitas de prudencia, hombre, que no cuesta tanto no decir tonterías.