Ene
Rock añejo
1 comentariosNo sé por qué me ha dado hoy por sacar del baúl la música de un rockero de antaño, de allá por los 80-90, y que, gracias a Dios, sigue en activo. Cuando me preguntan qué música “moderna” me gusta suelo dar el nombre de este tipo y obviamente me miran con una cara parecida al que dice que del último cine le gustan los hermanos Lumiere. (como si lo estrictamente contemporáneo tuviese, ipso facto, un valor del que carece lo añejo). La cosa es que me he sorprendido a mí mismo tarareando unas cuantas canciones, porque me sabía buena parte de las letras y, la verdad, me ha alegrado la tarde. Este hecho de trasladarme, por esa potencia peculiar de la música, más de veinte años atrás me ha puesto delante otro suceso que encaja bien con el día de hoy, el bautismo en el Jordán. Un exalumno mío, ahora amigo, me dijo hace unos días que se va a bautizar este año. La verdad es que me sorprendió no que se fuese a bautizar, sino que no estuviese bautizado desde su tierna infancia. Cuando hablábamos, incluso de sus intervenciones en clase, se ve que inferí, equivocadamente, que era “cristiano viejo”. Pero no. Es “cristiano nuevo”, científico, emparejado, trabajador y muchas cosas más, como buena parte de los jóvenes de hoy. Tal cosa, como la música del rockero, me ha puesto también delante algo de lo que me sé la melodía, aunque a veces me conviene y agradezco que alguien o algo me haga desempolvarla.