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Jun
2006Jun
Señor Cardenal...
27 comentarios“El emperador Carlos V, por mediación de P. Juan Hurtado de Mendoza, concedió en 1523 a la Orden la ermita de Atocha, entonces en las afueras de Madrid. En ella y en los edificios que se construyeron se albergó inmediatamente una comunidad dominicana de gran observancia. Desde allí hicieron los religiosos gran apostolado en Madrid y alrededores, mejorando el culto y devoción a la Virgen de Atocha, que pronto se convirtió en Patrona de la Casa Real y de Madrid. Los reyes acudían al convento con frecuencia…” Cualquiera que tenga el catálogo de los conventos y religiosos de la provincia de España de la Orden de Predicadores puede leer eso en lo referente al “Convento Virgen de Atocha”. Veamos, por más que leo (y supongo que el catálogo, que es fidedigno en otros datos, también lo será en los históricos) no consigo desmentir la idea de que la ermita de Atocha le fue confiada a la Orden por Carlos V en el siglo XVI. Y los reyes iban al convento con frecuencia. No me imagino que cada vez que fueran allá los monarcas, que supongo piadosos, fuese detrás (o delante) el obispo de Madrid (a no ser que también fuese miembro de la familia real, claro está). La presentación de la primogénita de los príncipes de Asturias a la Virgen de Atocha es un acto piadoso, devoto, de honda raigambre histórica, raigambre de la cual forman parte los dominicos de Atocha. ¿Por qué señor cardenal, ese deseo por hacerse presente en todos los actos? Señor cardenal, quiero suponer que tendrá usted cosas más importantes que hacer. Los dominicos podemos agasajar a los miembros de la familia real y recibirlos en nuestra basílica, somos capaces, créanos. Además de estudiar, predicar, rezar y vaya usted a saber cuántas cosas más, sabemos ser hospitalarios con todos los que acuden a nuestros conventos, dondequiera que estén. Casi ochocientos años nos avalan. No se preocupe, la próxima vez podemos hacerlo nosotros mismos. No obstante, señor cardenal, le estoy muy agradecido por su interés en que las cosas sean como tienen que ser.